viernes, 26 de junio de 2015

NOVELAS DE LA GUERRA DE IFNI-SAHARA (1): UNA TUMBA SOBRE IFNI de JUANA MARÍA GONZÁLEZ MARTÍNEZ y RAFAEL GARCÍA JIMÉNEZ

GONZÁLEZ MARTÍNEZ, Juana María y GARCÍA JIMÉNEZ, Rafael: Una tumba sobre Ifni (Editorial Combra. Zaragoza 2003. 191 páginas. Portada de David Guirao).
   Este matrimonio de escritores, militar él y profesora ella, ya se habían asomado al África española en la novela Soldados que ganó el premio Manuel Iradier en 1985. Con Una tumba sobre Ifni se acercan a la guerra de 1956 en la que Rafael García fue combatiente. Se trata de un relato familiar, que podría ser la biografía misma del autor o de cualquier otro militar de su generación. Le falta la intriga, la acción que crea la ficción y tiene, sin embargo, el valor de retratar la vida de un tipo de familia española.

   Son muchas las referencias que hace a Marruecos, a las dos zonas de protectorado, a Melilla y a varias ciudades españolas. Pero el título de la novela, y el de este comentario, nos lleva a la guerra de Ifni que, en el libro, comienza en la página 129. Los autores hacen una detallada descripción de lo que ocurrió la tarde noche del 22 de noviembre de 1956, hechos que vivieron, y que evitó –gracias a la confidencia de un asistente indígena- que la población española de Sidi Ifni fuera pasada por las armas. Narración que contiene la emoción de lo que se vivió y evitó. Y, en menor medida, se resumen los hechos ya conocidos de los asedios y liberaciones de Tiliuin, Tiugsa, Telata de Isbuia o Tabelcut, las actuaciones de Gila, Elder Barber y Carmen Sevilla, etc.
 Juana María González
Rafael García

   Las páginas no se refieren a los hechos de guerra, a batallas y acciones, a muertos y heridos, sino al recuerdo amable de los protagonistas de los días de Sidi-Ifni.
Iglesia de Sidi-Ifni

jueves, 18 de junio de 2015

LAS NOVELAS DEL FIN DE SAHARA ESPAÑOL (3): EL LLANO AMARILLO y SAHARA de EMILIO GONZÁLEZ DÉNIZ

GONZÁLEZ DÉNIZ, Emilio: El llano amarillo (Madrid 1985. Cátedra. 148 páginas + 2 hojas).
-          Sahara (Madrid 1995. Ediciones La Palma. 209 páginas).
  El escritor grancanario Emilio González Déniz hizo, como tantos otros jóvenes españoles,  el servicio militar en el Sahara en 1973. Esa población flotante de soldados españoles poblaron las calles de El Aaiún durante años. Diez años después de la independencia, publicó la primera de sus dos novelas dedicadas al territorio, El Llano amarillo, que fue premiada con el Ángel Guerra del Ayuntamiento de Teguise (Lanzarote). Se trata de una larga reflexión autobiográfica, un recuerdo sobre años juveniles y una manera de entender el Sahara y sus habitantes. Como a tantos otros, su experiencia en el Ejército le abrió la mente a una realidad desconocida y su sensibilidad de poeta, de escrito, de periodista, lo pasó a libro. Y confiesa: En todos los años que sentí mi ligazón con el vecino continente (vecino de nuestras islas), cuyo desierto nos envió langostas que exterminaron nuestros cultivos, en todo estos años, Ulises, no lo percibí tanto como hoy. Este mismo continente surtió de esclavos los trapiches isleños en los años aquello en que los ingleses nos conminaron a cultivar caña de azúcar. Sus cigarras mutilaron nuestras cosechas, pero sus hijos dejaron la piel en nuestros ingenios; El Sahara y los canarios estamos en paz (página 45).

   El llano amarillo no es solo una novela sobre el Sahara. Es el relato de la apertura a la vida de un joven que deja la casa familiar, llega a la universidad y descubre el mundo y los viajes. El Sahara es solo un paso más en su camino vital, una forma de iniciación que el autor cuenta con sencillez pero que plasma unas situaciones comunes en muchas personas. Lo que para González Déniz fue el Sahara, para otros fue otra ciudad de España o del extranjero. El descubrimiento de un mundo ignorado, aunque cercano, y de una conciencia política que abrazó las tesis descolonizadoras y sintió una simpatía grande por el Frente Polisario que nacía en esos días. Si los españoles de entonces hubieran vivido en democracia y hubieran tenido una +costumbre política normalizada, quizás hubieran sido más críticos con el Polisario.
Emilio González Déniz
   El llano amarillo tiene solo una parte –grande, pero sólo una parte- dedicada al Sahara. Quizás el autor se quedó con ganas de más, de narrar más cosas sobre su experiencia saharaui y su visión de los hechos y diez años más tarde publica Sahara, un libro a mitad de camino entre la novela y los recuerdos, entre la ficción y una personal visión de la realidad. Retoma la experiencia dejada en la anterior novela, profundiza en ella cuando el paso de los años le da una perspectiva más amplia, y recrea las situaciones. Sahara es una novela de mili, hay muy pocas en la literatura española a pesar de ser una experiencia multitudinaria. Y es la novela en la que un joven sin especial sensibilidad hacia el asunto, va descubriendo la realidad de u n territorio ignorado, el nacimiento de una conciencia política independentista, la creación de organizaciones y los singulares sucesos de la historia reciente de España que se van perdiendo en la memoria colectiva. Hay algo de reportaje histórico, la creación del Polisario y –sobre todo- la Marcha Verde, las reacciones de los militares españoles en un clima de tensión creciente. El abandono inesperado que produjo una opinión general de desaliento: Los restos del imperio fueron liquidados en un saldo incongruente (página 194). El autor se afana en plasmar los sentimientos contradictorios y la sensación general de desaliento que se contraponía a la ilusión por el cambio en España tras la muerte de Franco, en legar el dibujo del final de una etapa histórica.

  Escribe con un lenguaje sencillo unas situaciones sencillas.  Relaciones normales de personas de veinte años pero enmarcadas en los hechos excepcionales. Y el cambio brusco que se produce en la vida de los ingenuos jóvenes cuando la realidad se impone sobre la voluntad, cuando la guerra larvada los hace víctimas y a los amigos los coloca en bandos opuestos, enfrentados a muerte. En esta parábola está el resumen del libro. El realismo puede con el lirismo.

   Han pasado cuarenta años desde la salida del Sahara, y treinta desde la publicación de la novela Sahara. Al releerla ahora compruebo que no ha perdido ni frescura, ni interés, ni actualidad porque hay algo de actualidad histórica que no pasa nunca.

lunes, 8 de junio de 2015

LA HISTORIA DE LA COLONIZACIÓN DE GUINEA Y LA NOVELA: TIERRA NEGRA de DOMINGO MANFREDI CANO y LAS PUERTAS DEL PARAISO de FRANCISCO PASCUAL DE LA PARTE.

PASCUAL DE LA PARTE, Francisco: Las puertas del paraíso (Leipzig 2011?. Lulu.438 páginas).
MANFREDI CANO, Domingo: Tierra negra (Barcelona 1957. Luis de Caralt editor. 281 páginas).


   Domingo Manfredi (Aznalcázar, Sevilla, 1918- Alicante 1998) fue un periodista y escritor de tendencia falangista. Muy prolífico en la escritura y autor de algunas novelas premiadas. También fue traduictor. Trabajó en radio nacional y Televisión Española. Mostró cierta inclinación a escribir sobre el África Española, llegando a ganar el premio África en 1950 con el libro Ischulla (1950), una especie de relato poético sobre costumbres bubis. Era un premio que se otorgaba, como era natural en la época, a escritores muy próximos al régimen.

   En 1957 publicó la novela Tierra Negra ambientada en Fernando Poo. Es un escritor que escribe bien aunque sin la genialidad o la capacidad de renovación como para ser una primera figura, era un escritor acostumbrado a escribir a diario y con facilidad para crear historias dentro de un realismo que trata de romper al hablar de Guinea. De mentalidad tradicional, se sitúa en la línea de Tomás Borrás, Francisco Camba o Tomás Salvador a los que también les atrajo el colonialismo africano. En Tierra negra compone un tríptico histórico en tres momentos: 1788, 1888 y 1945. Como hilo conductor usa tres generaciones de un bubi singular, Riebetta, que había tomado de una leyenda que ya recogió en Ischulla. Con ello trata de mostrar el contacto entre bubis y españoles, la relación pacífica y bienintencionada, y el triunfo de la religión católica entre los africanos. Es decir, todo en la línea de colonialismo paternalista y católico en la que militaba sinceramente el autor.

   En algunos pasajes de la novela se ve que el autor no ha vivido lo suficiente en Guinea, que sólo la conoce de visita. Pero el relato muestra una línea ingenua de colonialismo y una mentalidad idealizadora del mismo.
Domingo Manfredi

   Las editoriales de autoedición que proliferan actualmente han hecho posible la publicación de muchas novelas que las editoriales comerciales rechazan, muchas veces por motivos económicos y no de calidad. Pero estas editoriales plantean dudas sobre la fecha de la edición (ya que se imprimen a demanda) e, incluso, del lugar de la misma.
   Francisco Pascual de la Parte es un diplomático con mucha experiencia, que ha estado destinado en lugares conflictivos y en lugares tranquilos, aficionado a la escritura es autor de varias novelas. Algunos datos profesionales los vemos en: http://www.xn--cartadeespaa-khb.es/index.php?seccion=1&reportaje=177
Francisco Pascual
   Como tantos otros diplomáticos, sus relatos tienen mucha relación con los países en los que estuvo destinado. Es lógico si pensamos que son lugares que conoce bien, que pueden resultare interesantes para un lector no familiarizados con ellos y que pueden tener la originalidad de un argumento distinto para el español. El autor de esta novela estuvo destinado en Guinea Ecuatorial en 1980. Y sobre este país, sobre su historia colonial, trata Las puertas del paraíso que viene precedida por un excelente resumen histórico de los hechos acontecidos antes de la ficción y se acompaña de un apéndice en el que resumen también magistralmente lo que sucedió desde que finaliza la narración hasta la actualidad. Porque la novela es una novela-río que discurre durante años, por generaciones. Pero, a diferencia de Manfredi que observa la historia con mentalidad colonial, Pascual de la Parte se distancia de la ideología colonialista y trata de ser objetivo en la narración. No es una novela de propaganda (sin menospreciar los méritos literario de algunas de esas novelas), sino un relato histórico enmarcado en Guinea.

   El primer acto se desarrolla en la expedición que el marino Manterola, el padre Usera y el cónsul Guillemard de Aragón realizan a Fernando Poo en 1845. Detrás del trasfondo histórico como hilo conductor, y como es lógico en una novela, hay una ficción familiar que le da cohesión al relato y trata de que el lector se enganche en la acción. En las páginas de la novela van apareciendo personajes históricos como el gobernador Beecroft, Lynslager, el rey Moka, y personajes de ficción para que el autor haga una elogiable reconstrucción de lo que pudo haber sido la vida colonial. Y acaba en Annobón. Pascual de la Parte está muy bien documentado sobra la historia de Guinea y conoce el paisaje a la perfección pero hay muy pocas fuentes sobre la vida doméstica y cotidiana de esa época en ese lugar. Y hace un ensayo de reproducción de la vida en la ciudad de Clarence-Santa Isabel. Su doble objetivo: narración histórica-historia de ficción se mezcla con una doble historia: La trama principal de búsqueda del abuelo y la secundaria de amor del protagonista, o viceversa. Y en esa complicación estriba la pérdida de ritmo, el dedicar mucho espacio a lo accesorio y poco a las acciones más relevantes. Tal vez por eso mismo resulte un libro con muchas páginas.
   Después hace un recorrido temporal que le lleva a concluir la novela en la Guerra Civil y en el golpe de Teodoro Obiang. En estos últimos capítulo, la tercera parte final del libro, el autor quiere hacer un recorrido histórico novela aunque pierde una parte de la coherencia del relato inicial. Para él, la historia colonial de Guinea es el reflejo de los fracasos españoles: … era la situación por la que atravesaba España la causa principal de que no se pusiera en marcha un plan metódico para sentar las bases de la prosperidad de la colonia. Los esfuerzos de la metrópoli eran encomiables pero discontinuos. El interés español por Guinea se manifestaba a ráfagas y los criterios para su administración quedaban a merced del Gobierno de turno. En resumen: Guinea no funcionaba porque no funcionaba España (página 304).

   Dos novelas que, desde perspectivas ideológicas distintas, tratan de investigar en la historia colonial de Guinea Ecuatorial en diversas etapas históricas.