viernes, 28 de octubre de 2016

NOVELAS DE LA GUERRA DE IFNI-SAHARA (5): AICHA KANDISHA. LA DESPOSADA DEL DIABLO y EL VIENTO Y LA ARENA de ANTONIO REYES MATEO.

REYES MATEO, Antonio:
-          Aicha Kandisha. La desposada del diablo (BmmC editores. Málaga 2002. 235 páginas).
-          El viento y la arena (Paréntesis. Sevilla 2009. 250 páginas).
   Antonio Reyes Mateo es coronel de Infantería retirado. Comenzó la carrera militar en 1954, por lo que tuvo tiempo de servir en Marruecos y el Sahara. Hombre vinculado a La Legión y a Tropas Nómadas, asistió a la guerra de Ifni-Sahara y a la Marcha Verde. Con esta experiencia vital, y vocación de escritor, publicó una novela en 2002 que, con otro título, reeditó en 2009. En ella hay capítulos dedicados a los territorios africanos que alguna vez estuvieron bajo la autoridad española.

   Como suele ocurrir en este tipo de novela, el autor hace un recorrido biográfico del personaje principal (que puede coincidir o no, en todo o en parte, con el autor). Suelen empezar en la infancia y los motivos que lo llevan a la Academia, mezclan detalles domésticos de poca trascendencia para la trama con el hilo argumental principal. Pero, generalmente, se trata de novelas que no tienen un argumento fuerte ni una intriga definida y se escriben como novelas reportajes de vidas pasadas y hechos distintos a los que vivieron otros hombres de su generación.


   El viento y la arena (tomo el título segundo), puede ser encasillada en ese género.
   La novela discurre por espacios y tiempos diferentes. La infancia del protagonista en algún lugar del norte de España próximo a Santander. Con las necesarias noticias familiares y los impulsos amorosos de juventud. Es un hombre huérfano que se cría con el abuelo, hacendado cántabro. El paso por la Academia Militar y la llegada a Marruecos como profesional de la milicia. Son los últimos años de Protectorado y al joven teniente legionario le corresponde destino en Villa Sanjurjo (Alhucemas). Las estancias en la isla de Alhucemas y el peñón de Vélez de la Gomera, algunas referencias a Torres de Alcalá y los preparativos del abandono del territorio marroquí por las tropas españolas constituyen lo más original del relato. Entendido desde el punto de vista de este blog, es decir narrativa sobre colonias españolas.

   La novela cobra más emoción en las páginas finales cuando el protagonista, una vez abandonado el Protectorado, es destinado al Sahara. El oficial de Tropas Nómadas –como el autor- se ve en el fuerte de Ausert al mando de hombres pertenecientes a la tribu de los Ulad Delim. 1957, las bandas armadas que se rebelan en los territorios españoles tratan de conectar el norte con Mauritania y el teniente sale en persecución de un cabecilla. La tensión del momento, el miedo a la muerte, las reacciones psicológicas que el mismo autor, seguramente, vivió en su momento se transmiten en las mejores páginas del libro. Se está describiendo la batalla de Edchera, el mayor revés de los españoles en la campaña. Las páginas se cierran con un canto a la amistad y a la lealtad de los compañeros de armas y los saharauis.

   Del título de la primera edición se comprende que Reyes Mateo recoge personajes ficticios del imaginario popular marroquí para adornar el argumento. Los diablos o yenun y la Aisha Kandisha, la mujer del demonio, una especie de sirena de interior que atrae fatalmente a sus víctimas. Un símbolo de la muerte que espera y se anuncia en los momentos de combate; en general, en la vida de un hombre.
   Reyes Mateo murió el 4 de agosto de 2020. Su hija publicó en ABC del 13 de agosto de ese año la nota que se reproduce.

jueves, 20 de octubre de 2016

NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (12): LAS CARTAS DEL SOLDADO A SU NOVIA de RODRÍGUEZ LA ORDEN, PACAZOS de MIGUEL TUBAU, LA COLORINA de REYES HUERTAS.

RODRÍGUEZ LA ORDEN, José : Las cartas del soldado a su novia (Imp. Rafael M. Madotell. Sevilla 1921. 148 páginas).
TUBAU, Miguel: Pacazos (Imprenta Santa María. Ripoll 1932. 176 páginas + 3 hojas. Portada e ilustraciones de José Tardiu).
REYES HUERTAS, Antonio: La Colorina (Ediciones Arqueros. Badajos 1928. 204 páginas; Lecturas para todos. Madrid 1933. 29 páginas; Ediciones Hymsa. Barcelona 1943. 198 páginas).



   José Rodríguez La Orden (1885-1927) fue un periodista sevillano que solía firmar con el seudónimo de Carrasquilla cuando publicaba crónicas taurinas. Colaborador del diario El Liberal de Sevilla, en el que a partir de septiembre de 1921 fue publicando unos artículos en forma de carta de soldados a sus novias sevillanas y en las que derramaba gracejo para explicar la vida en campaña. El libro lleva un título en portada (el que mencionamos en la cabecera) y otro en la página primera: Las cartas de los soldados sevillanos a sus novias, a sus madres, a sus amigos. Cuenta con un prólogo del director del periódico, el famoso José Laguillo, que nos indica que se trata de un epistolario imaginativo, de ahí que lo incluyamos entre la novelística del ciclo de Annual. Dice el prologuista: … esta chispeante e ingeniosa correspondencia, cuya resonancia ha constituido sin igual éxito en la gente, que ávida las lee son singular delectación, riendo y solazándose con la propiedad de aquellos espontáneos giros y con aquella franca fraseología, que son palpitación honda y real del alma popular y eco de eso pueblo que hoy deja en los campos de África túrdigas de su carne y con ellas el corazón de millares de madres desoladas.

   El autor de estas cartas apócrifas muestra la guerra desde un aspecto irónico, humorístico. Las cartas no fueron escritas desde el frente, sino desde y para Sevilla y muchas de las referencias hay que entenderlas según el tipo de lector del diario que las publicaba. No hay que buscar crónicas de hechos concretos, ni datos históricos. Sino una visión del soldado español en el frente y las inquietudes que trasmite a sus seres queridos.

   Miguel Tubau (1903-1978) fue uno de esos soldados conscriptos obligados a ir a Marruecos tras la rota de Annual. Fue un hombre autodidacta que publicó dos novelas, una de ellas Pacazos, y algunos libros de poemas en castellano y catalán. Y es conocido también por su dedicación a la fotografía. Algunas noticias sobre él se pueden ver en:

   Tubau, como tantos otros soldados –casi todos-, comprendió la tragedia de aquella guerra. Y, además, elaboró intelectualmente sus pensamientos para desarrollarlos en una novela antibelicista. El prólogo resume sin paliativos la intención de escritos en frases como éstas: …en nombre de un deber marchábamos gran parte de la juventud española, no podía creer, a pesar de las narraciones oídas en boca de otros repatriados, las vejaciones y ruindades que se imponían por obra y gracia de una arbitrariedad inhumana que triunfaba en manos de un patriotismo mal entendido, servil y esclavo de un trono, regido por un ser de instintos irracionales, inconfesables y trogloditas. El advenimiento de la República le permitió publicar sus recuerdos novelados. Una dura crítica de la vida del soldado en campaña: las condiciones higiénicas de los campamentos, la mala comida, las arbitrariedades del mando…; y algo de costumbrismo pintoresquista en la descripción de escenas moras.
 Miguel Tubau
Ilustración de José Tardiu para Pacazos

   El escrito extremeño Antonio Reyes Huertas también dedicó algunas páginas a la guerra de Marruecos. Nació en Campanario (Badajoz) en 1887 y murió en el mismo pueblo en 1952. Era un escritor costumbrista, conservador, evocador de la vida rural y sus ventajas. Había pasado por el seminario y la universidad y ejerció de periodista, llegando a ser director de los diarios extremeños Noticiero Extremeño y Extremadura. En 1928 apareció la primera edición de su novela corta La Colorina, en la que contrapone la vida sencilla del campo extremeño, simbolizado en la dehesa que da título al relato, con los avatares violentos y trágicos de la guerra marroquí. La edición de 1943 está acompañada por otras dos novelas cortas: Cómo era el amor y Cuenta saldada. El protagonista se ve arrebatado de su campo extremeño para acudir a la guerra a Marruecos: La tierra estéril, cuya fisonomía tiene el aspecto roído de un leproso. Calvas anfractuosidades, montañas dentelladas, peñascos mudos, un rescoldo que ahogaba y una visión de páramo andrajosos y sucio donde el alma se sentía aplastada por una losa de plomo (página 73 de la edición de 1943). Las páginas dedicadas a África son pocas, una rápida visión de guerra por el protagonista que acaba herido y el retorno al pueblo como ejemplo del sosiego en la Tierra.
Busto de Reyes Huertas en su pueblo Campanario (Badajoz)

jueves, 13 de octubre de 2016

NOSTALGIAS COLONIALES (10): EL CORAZÓN DE LOS PÁJAROS de ELSA LÓPEZ.

LÓPEZ. Elsa: El corazón de los pájaros (Planeta. Barcelona 2001. 265 páginas).
   Elsa López es una escritora de trayectoria importante que ha cultivado la poesía, la novela y el ensayo. Su biografía puede consultarse en su página web:  https://elsalopez.wordpress.com/

   Nacida en la colonia española de Guinea, vivió allí los primero años de su vida. En su memoria hay recuerdos profundos, más que por la importancia de los momentos vividos por ser los recuerdos iniciales de una vida. Así decidió volver al territorio infantil para publicar una novela con algunas páginas dedicadas a África. Es una novela en la que vuelca su alma poética, bien escrita, amena y evocadora.
Elsa López (de la solapa del libro)
   No es una novela colonial en el sentido estricto porque la mayor parte de sus páginas discurren en las islas Canarias. Sino una novela en la que hay escenas que se desarrollan en Guinea. Pero el carácter intimista que la autora quiere darle a su historia hace que los sucesos de la niña en la colonia sean circunstanciales. No hay partes dedicadas a desvelar la vida de colonos e indígenas, sus relaciones, el orden social colonial desaparecido. Aunque la autora no desaprovecha para apuntar esporádicamente algunos de estos aspectos: Les parten los dedos de la mano –le oía decir a Pedro en la cocina hablando con la madre mientras batía los huevos para hacer tartas de queso y pastel de guayaba- o les meten palillos en las uñas de la mano y del pie para oírles gritar; para que cojan miedo al capitán Herrera y no desobedezcan a “masa” Florentino ni a los otros “masas” de la colonia (página 34).
Óleo de Núñez Losada

   Guinea como metáfora del territorio feliz de la infancia antes de que la vida complicara las cosas y se rompiera el paraíso de los niños. La madurez hace reflexionar a la narradora. Comprende que la atmósfera de felicidad que tienen los recuerdos infantiles tal vez no se corresponde a lo que fue la realidad. El tiempo nos hace humanos, con todos sus problemas. Y en ellos está el secreto de la novela.

viernes, 7 de octubre de 2016

NOVELAS DE LA GUERRA DE ÁFRICA DE 1859-60 (1): MEMORIA DE SANGRE de ENRIC CALPENA.

CALPENA, Enric: Memoria de sangre (Barcelona 2014. Ediciones B. 403 páginas + 1 hoja).

   La llamada Guerra de África, esa especie de invasión temporal y limitada que los españoles practicaron en Marruecos entre 1859 y 1860, fue en su momento muy literaria. La aventura tuvo sus poetas y sus dramaturgos por decenas y, algo menos, novelistas que dedicaron páginas a las gestas militares decimonónicas protagonizadas por guerreros liberales en un momento crucial de la historia española. No podemos olvidar que, entre los escritores importantes que se interesaron por el episodio, estaban Alarcón, Núñez de Arce o Galdós; conservadores y progresistas por igual. Aquella guerra se vio como un intento de superar las luchas intestinas patrias, pero también fue un ensayo de la nueva colonización que acabó frustrado por la oposición francesa y británica que interpretaron estos hechos como algo más que la respuesta a incidentes fronterizos: No querían que ningún país europeo tomara la iniciativa sin el acuerdo general y el reparto preciso de áreas de influencia.

   Después la guerra cayó en el olvido literario. Los escritores españoles prefirieron los trágicos sucesos de 1921 a la campaña victoriosa de 1860. En la derrota de Annual se podía ejemplificar mejor la intención crítica contra el colonialismo y la injusticia, la corrupción y el desprecio a la vida. La guerra de Prim, O’Donnell, Ros de Olano y compañía tuvo su última novela en 1965 –Los Castillejos de Antonio Valverde- y han pasado más de cincuenta años. También se publicó una obra comedia en catalán: A l’Àfrica minyons! de Xavier Fábregas (palma de Mallorca 1972), que tomaba el título de una obra de 1860 de Josep Antonio Ferrer, cuyo estreno en Barcelona es narrado por Calpena en esta novela. Por eso, que ahora Calpena vuelva sobre el asunto con la novela Memoria de sangre tiene mucho de novedoso y de olfato comercial. Originalmente escrita en catalán, nos llega a los lectores castellanoparlantes gracias a la traducción de Laura Paredes.
Enric Calpena
   Lo que propone Calpena es una historia cruzada que comienza en Barcelona en 1851 y acaba en Marruecos en 1860. Por azares del destino, que no debo revelar, la vida del protagonista Joan Gort se cruza con la del delincuente y policía Jeroni Tarrés, justo cuando éste va a cometer el asesinato del periodista liberal Francisco de Paula Cuello Prats. La técnica de mezclar personajes resales y ficticios en episodios históricos no es nueva, pero es eficaz para contar historias y permite sugeriri intenciones en los hechos de los que existieron en la realidad. Nuevos azares llevan a los protagonistas a Ceuta y Marruecos para la Guerra, uno como voluntario de Prim y el otro como enganchado al batallón de presidiarios. Y vuelven a encontrarse, lo que propicia el interés del relato y la tensión en la intriga.
   Pero no es una novela de ambientación histórica de las que se usan ahora, llena de artificios narrativos y de acciones superpuestas destinadas a mantener al lector en constante interés como lo hacían los folletinistas del XIX. Es una novela pausada en la acción, aunque de lenguaje y técnicas sencillos. Desigual en los capítulos. Se recrea en la descripción de la vida barcelonesa de la época y en los entresijos de la guerra africana y su modo de desarrollarse, que el autor conoce bien por tener entre sus actividades profesionales la divulgación histórica. Especialmente interesante, por lo que respecta a Marruecos, son las acciones de las mochilas en Castillejos y el episodio de los 
protagonistas en las batallas de Tetuán y Wad Ras. El lector observa cambios de ritmos, situaciones de espera con conversaciones en el campamento, para llegar lentamente a su culminación con el verdadero asunto sobre el que gira el argumento, la venganza. La tensión acumulada va explotando en el último cuarto de la novela en el que las pasiones personales se integran definitivamente a la ambientación histórica.


Moros bajo una puerta, óleo de George Owen