viernes, 19 de mayo de 2017

NOVELAS DE SIDI-IFNI (4): TERRITORIO de MIGUEL SÁENZ.

SÁENZ, Miguel: Territorio (Editorial Funambulista. Madrid 2017. 231 páginas + 2 hojas. Postfacio de Eduardo Gallarza. Portada: acuarela del autor).

   La solapa del libro nos informa de que Miguel Sáenz Sagaseta de Ilúrdoz nació en Larache, es doctor en Derecho, traductor, funcionario internacional, etc. Vivió veintiún años en África y de esa experiencia resulta esta novela. Sus estancias en Marruecos (primero Tánger, después Sidi Ifni) se debieron a que el padre era militar y tuvo destinos en esas plazas. Como correspondía a un militar interventor (que era la élite de la milicia española en el Protectorado), el padre -Basilio Sáenz Aranaz- publicó un interesante trabajo sobre el régimen de tierras.

   El relato es una remembranza bien escrita de su existencia infantil y juvenil en la pequeña ciudad de Sidi Ifni. Una larga reflexión nostálgica, más recuerdo que novela, sobre los días en la colonia; desde la descripción del territorio humano a la introspección. La descripción es muy afortunada: la situación de aislamiento, la extraña vida colonial que no se asemejaba a nada, el trato con el natural del lugar –con el indígena, palabra que Sáenz considera injustamente tratada-. El territorio marcaba grandes diferencias entre españoles y baamarainis y, dentro de los españoles, entre oficiales y suboficiales y los civiles asimilados a uno u otro grupo. Indudablemente, el sistema social del Territorio era aberrante, pero a todo el mundo le parecía natural y funcionaba sin fricciones (página 52). Las dos sociedades convivían con respeto, seguramente con mutua incomprensión y con líneas imaginarias que no se traspasaban. Extraña sociedad la ifneña. Pero amable y tal vez en definitiva, cordial (página 56). Y el autor, sin el eterno prejuicio hacia lo colonial como maldad absoluta que tiene gran parte de la intelectualidad española, nos hace ver que muchos de los españoles que estaban allí lo hacían por servicio, creyendo que ayudaban al desarrollo del territorio y sin vocación esclavista o conquistadora. Entre ellos, el padre del escritor. No se puede revisar la naturaleza de la colonización como un método de dominio totalitario, no quiero decir eso ni contradecir a estudios clásicos como el de Hanna Arendt, pero sí que hay que reconsiderar las relaciones humanas entre colonos y colonizados en la que hubo de todo, incluyendo algunas muy positivas.
Calle de Sidi Ifni, óleo de Ferrer Carbonell
   El autor extiende sus recuerdos sin convertirse en héroe. Se nos muestra como un chico retraído, muy tímido, que se asoma a la vida con mucha precaución. Interesado por la actividad intelectual y el arte, elabora su memoria de Ifni como una unión de hechos familiares cotidianos sin batallas ni situaciones extraordinarias. Por eso resulta grato: por su carga de ternura, de interpretación de la familia normal española de la época y del modo de vida peculiar que se llevaba en un lugar tan apartado. No desdeña pararse en los problemas como las enfermedades, las carencias y -al final- la guerra. El valor del libro es que ha reflejado con  sinceridad los sentimientos sencillos. En este sentido, Gallarza en el postfacio recuerda a Georges Arnaud y nos dice: … en temas de infancia, la verdad no existe: importa que el recuerdo sea sincero, no veraz (página 226).

   

viernes, 12 de mayo de 2017

NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (15): NO QUIERE MORIR y ÁGUILAS DE ACERO de ANTONIO CASES

CASES, Antonio: Los amores de Alfonso Reina (Imprenta de Artes y Letras. Madrid 1923. 220 páginas + 2 hojas).
-          No quiere morir (Novela heroica). (Imprenta de Félix Moliner. Madrid 1924. 211 páginas + 1 hoja. Portada de Climent).
-          Águilas de acero. (Imprenta Martosa. Madrid s.a. 209 páginas + 2 hojas).

   Antonio Cases fue un abogado que escribió varias obras de temas jurídicos y un novelista con más de media docena de títulos. Fue también periodista o colaborador de prensa. Y de esta colaboraciones surgieron otros libros: Tánger, dignidad nacional (1922) en el que recopiló las entrevistas realizadas a personalidades nacionales sobre el contencioso tangerino y que se publicaron en el diario Marte en 1915; Al nivel (pedagogía y Marruecos) (1923) o Con el índice en el mapa.

    Cases se interesó por marruecos en algunos de sus artículos y en dos de sus novelas. En esta línea, está escrita No quiere morir, un relato de exaltación patriótica tras los acontecimientos en Marruecos. La primera edición de la novela llevó el título de Los amores de Alfonso Reina. Pero no debió gustarle el resultado a Cases que se puso a corregirla y pulirla. Lo confiesa en el prólogo: El novelista fue más allá de lo que la prudencia aconseja… Se olvidó de muchas cosas porque, sin duda, tuvo presente tan solo su condición de escritor. ¡Y es que la vanidad ciega! Con el dolor del padre que sacrifica a si hijo, he destruido la novela original y doy ahora a la luz pública esta otra, podada, mutilada, revocada si se quiere, libre, en fin, de las exuberancias y de los impulsismos de quien para seguir andando no se cuidó de mirar hacia atrás…. (páginas 11-12). No debió destruir todos los ejemplares porque algunos ruedan por las librerías de lance todavía.

   La intención del autor, que fue procesado por masón después de la Guerra Civil, está clara desde las primeras páginas. Defiende la visión ortodoxa de la bondad colonial, propia de la época, y desprecia las agresiones rifeñas contra los españoles. En esos momentos era un ferviente defensor del golpe de Primo de Rivera, quien dedica palabras elogiosas al autor. Se había derrumbado parte del prestigio militar del pueblo más militar del mundo. Un ejército fuerte se veía arrollado por turbas a quienes enloquecía el pillaje y el afán de venganza. Kilómetros y kilómetros eran abandonados por tropas que caían enseguida en poder de tribus salvajes que ejercitaban en aquéllas su ferocidad musulmana. ¡Marruecos! (página 19). Se encuadraba dentro del sector patriota de defensores de la intervención e Marruecos y de la guerra como solución definitiva para la pacificación.


   La novela transcurre en Zamora en 1921. Una pequeña ciudad provinciana en la que varios personajes notables se encuentran para hablar de la campaña de Marruecos. Podría haber ideado una intriga sobre la situación de combatientes desaparecidos sobre los que nada se sabía y la angustia de sus allegados. Pero la técnica es más simple. Es una novela de conversadores, de opiniones que –al final- parece ser la misma opinión del autor con algunos matices. De la lectura se extraen varias conclusiones:

·         La situación a la que se llegó es fruto de una larga serie de errores y negligencias de los políticos, más interesados en su posición personal que en el interés de la patria.
·         Que en ese punto los militares tienen que acudir a poner orden y restaurar el honor nacional y la seguridad. Un guiño claro al dictador Primo de Rivera por un escritor que había publicado varios ensayos de contenido militar. Y que escribe al final del libro con un epílogo de dos frases: ¡Y el cambio vino!  Lo trajo el destino de una nación que no quiere morir… (página 213).
·         Que la restauración del honor se consigue con el sacrificio de muchas personas que componen el ejército en África, desde el más alto general al último recluta. Pero el sacrificio es un deber del hombre ante la sociedad y debe asumirlo con orgullo.
   Es ejemplificador de esto el diálogo que pone fin a la primera parte de la novela:
-          Y de este modo, Santiago, si con tu regreso coincidiese el fin de la guerra… ¡qué glorioso sería nuestro amor!
-          Sí; porque, como yo, salen para África todos los soldados, y llevan fe en el triunfo.
-          Venguémonos, Santiago, de Annual, de Zeluán, de Nador, de Monte Arruit…
-          ¡Oh! Si pudiéramos borrar el pecado de ayer…, el pecado de cobardía, el pecado de incompetencia, el pecado de inmoralidad…
-          Y traer a los prisioneros, que eso es el entumecimiento de la Patria.
-          Yo creo que hoy, como hace siglos, cada soldado español lleva a África el orgullo de un rey.
-          Pero tal como los reyes antiguos, que no podían sobrevivir a su deshonor (página 89).
    Pero lo especial de Cases es su evolución personal y política y su cambio en la manera de ver los hechos. Cases publicaría después otra novela corta donde se refería a Marruecos. Águilas de acero –que da título al libro- es un relato publicado con otros tres en 1927 ó 1928 (el libro no pone fecha de edición). Se trata de una historia de aviadores sudamericanos que acaban en Marruecos. Pero la visión de Cases cambia, ya no es una novela de patriotismo sin crítica, sino que habla de la corrupción, de los negocios sucios y las malversaciones que se hacían con el dinero que el gobierno enviaba a país. La visión es pesimista, destructora. La ilusión colonial se había convertido, a los ojos del escritor, en un enorme foco de delito. Y el caudillo rifeño Abd el Krim en una sombra buscando una salida.

   Es interesante comparar esta evolución en un mismo escritor. Quizás la realidad pudiera con la ilusión y los hechos con los ideales. Cases no es un escritor brillante, su técnica es discursiva y sencilla. El lector no puede esperar hallazgos ni tensión, no hay sorpresas en la redacción. Es una muestra más de plasmación de la mentalidad colonial pero, en este caso, marcada por la evolución.


viernes, 5 de mayo de 2017

LAS NOVELAS DE TÁNGER (7): TÁNGER, TÁNGER de LEOPOLDO CEBALLOS

CEBALLOS, Leopoldo: Tánger, Tánger (Edhasa. Barcelona 2015. 685 páginas)

   Leopoldo Ceballos es un autor íntimamente vinculado a Marruecos. Nació en Alcazarquivir en 1935 y ejerció la abogacía en Tánger hasta 1962. Ingresó por oposición en el Cuerpo de Técnicos Comerciales y  Economistas del Estado. Ocupando cargos en España y en embajadas españolas. Ha sido profesor de ICADE y ha trabajado también en la empresa privada. Con esta biografía, y en esto recuerda a Luis María Cazorla, es lógico que le atraiga escribir sobre Marruecos y que esa atracción se concrete en una novela sobre cómo se vivía en la ciudad internacional. En 2009 publicó Historia de Tánger.

   Tánger, Tánger es una novela sobre la historia de la ciudad a través de varias familias.  Escrita de una manera que recuerda también la trilogía de Cazorla. Es una novela muy larga pero es verdad que la ciudad da para muchas páginas. Comienza en 1862, con la llegada del primer Cardona desde Gibraltar, y se va desarrollando como una relación de las vicisitudes familiares enmarcadas en el desarrollo de la ciudad marroquí. El último capítulo está situado en 1994. Por tanto, junto a los personajes de ficción aparecen los nombres señeros de la historia tangerina y los hechos importantes que marcaron el desenvolvimiento de la ciudad abierta. La historia de esta familia y la de los Segura es el eje principal de la obra, sitúa la acción de robo y crimen, la intriga que podemos entender novelesca por excelencia en un libro complejo. Pero no es la única. Es un mosaico, un reportaje histórico de la vida en la ciudad. Con un sentimiento nostálgico superior a la necesidad de ritmo en el libro. Y con un exceso de páginas que se traduce en reiteraciones y recuerdos innecesarios, escenas repetidas y advertencias superfluas.


   Tánger, Tánger es un relato que podemos llamar novela-ensayo en la que el autor aprovecha una trama de ficción para construir a su alrededor un árbol lleno de ramas donde desgrana las historias de la ciudad, personajes históricos que vivieron, hechos ciertos y reflexiones personales. Con todo ese bagaje, la novela pierde la cualidad de novela y se convierte en algo más. Esto puede hacer que el lector que busca la típica historia de Tánger, un thriller mejor o peor escrito o una novela clásica, huya del libro. Pero, por la riqueza de los datos contados con amenidad, se convierte en un libro imprescindible para tangerinos, aficionados y curiosos de la ciudad.