jueves, 17 de septiembre de 2020

NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (25): ALGÚN DÍA de TEO GARCÍA

 GARCÍA, Teo: Algún día (Roca editorial. Barcelona 2007. 477 páginas).


   Algún día es una novela desigual en su estructura que parece ser dos novelas con algunos hilos que las unen, aunque no fuera esta la intención del autor. Es una novela bien escrita, con un fondo claro y una constatable fidelidad a los hechos pero con dos argumentos diferentes.

   Al comenzar la lectura, y hasta la página 180, el autor retomó el argumento del Desastre de Annual con una concepción clásica de sujeción a los hechos históricos y la mezcla de personajes reales y ficticios, en la línea que reiniciaron Ricardo Fernández de la Reguera y Susana March en 1968. Es un relato muy minucioso en detalles tanto de la vida de campaña como de las circunstancias político militares. Las vicisitudes de un soldado que llega a Marruecos, es enviado a Igueriben y logra sobrevivir. Lo malo de las novelas históricas, salvo que sea un tema muy raro, es que los lectores ya sabemos lo que pasó y tenemos claro el final. Por eso los autores buscan un elemento de originalidad en la narración o en los personajes. En este caso Teo García apostó por el exhaustivo repaso de los hechos. A diferencia de Fernández de la Reguera y March, el autor no se ve constreñido por la censura franquista y puede dar una visión más crítica que, por otra parte, es la visión general de lo que aconteció, de los culpables y del sufrimiento del soldado de reemplazo: Con algún grito de ánimo intentaban alentar a los soldados para que cumplieran con su deber, con un deber impuesto que ninguno de ellos compartía y muy pocos entendían. Excepto los oficiales y mandos, todos eran tropas de leva, arrancados de sus hogares y familias a las cuales siempre llevaban en sus pensamientos. Los oficiales sí cumplían con su deber, pero el resto se arrastraba por el mundo. Los soldados mal equipados y peor alimentados, bajo una cadena de mando incapaz, negligente, y abocada a todo tipo de corrupción, sentían menguar su moral día tras día (página 8).

   La novela, en esta primera parte, se desarrolla en tres situaciones distintas aunque cronológicamente simultáneas. Una, las peripecias del grupo de soldados que son mandados en un primer momento a establecer la posición de Igueriben y serán testigos o víctimas de lo que ocurrió después. Están representadas en el personaje Mateo, un soldado que pasará por otras situaciones clásicas de las novelas de Annual: posición asediada, cautiverio y huida. Dos, las conversaciones y contraposición entre los generales Berenguer y Silvestres, máximos responsables de la campaña. Tres, el ambiente político de los militares en torno al Primo de Rivera que comprenden que los hechos de Marruecos eran algo que podía influir tanto en la vida nacional como para acceder al poder. Pero los hechos de la rota de Annual, tras la caída de Igueriben, no le interesan al autor. Extraña que sea tan prolija hasta ese instante, incluso con una acción con muchas pausas, para que luego se olvide de todos los episodios posteriores. Es demasiado larga para situar a un personaje que luego pasará a ser secundario.

   Sin embargo, la contraposición entre las figuras de Silvestre y Berenguer es uno de los aspectos más logrados. Ni deja de reflejar el carácter impulsivo, tal vez poco reflexivo, de Silvestre; ni elude la falta de dirección de Berenguer sobre el anterior y su desigual reparto de refuerzos y medios materiales entre las dos comandancias en guerra. El general Silvestre también esperaba respuestas a sus peticiones de refuerzos: no llegó ninguna. Cada vez que recordaba al general Berenguer y su taimada forma de comportarse, su ira aumentaba hasta extremos insospechados. El telegrama de ánimo del rey con su explícita autorización de continuar con el plan previsto supuso una inyección de moral a la vez que de obcecación (página 150).

    Si ya ha dejado claro el autor su poco favorable visión de los militares que ve causantes y beneficiarios de la guerra para influir en política, la segunda parte es aún más crítica. La acción se traslada a Barcelona en la que refleja el ambiente revuelto de los años veinte, el auge del anarquismo y la preparación del golde de Estado de Primo de Rivera. Y en la que la relación con el Marruecos colonial es mínima salvo las referencias a la fabricación y posterior utilización de gases en la guerra, por lo que excede de este blog.