miércoles, 7 de junio de 2023

NOVELAS DEL PROTECTORADO ESPAÑOL EN MARRUECOS (15): EL LIMONERO DE TETUÁN de PALOMA CARO

 

CARO, Paloma: El limonero de Tetuán (La Esfera de los libros. Madrid 2023. 309 páginas).

 

            Paloma Caro tiene memoria familiar del África colonial. Sus abuelos y sus padres vivieron en Argelia y Marruecos y ella ha debido escuchar muchas historias de la vida en aquellos países y época. Ya había escrito una novela sobre la inmigración española en Argelia: Mejor no me escribas más. Y ahora se centra en Marruecos en 1916 para desarrollar la narración El limonero de Tetuán.



            Es una novela sencilla tanto por la manera en que está escrita como por el desarrollo en torno a la vida de varias mujeres de diferentes culturas que se unen para superar los problemas surgidos por la aparición de huesos de nuños en el jardín de una de ella y, en general, para todos los contratiempos de su existencia. Unas mujeres que, a pesar de las adversidades, muestran un carácter fuerte y optimista. Lo que la autora pretende es mostrar ese modo de ser en un ambiente en el que solo jugaban un papel secundario: homenaje a la fortaleza de las mujeres emigrantes de principios del siglo XX de mi familia (página 309). A la dificultad de ser mujer se añadía la de emigrar a lugares extraños. En este afán reivindicativo, parece que la realidad del momento histórico hace algo fantasiosa la actuación de estas mujeres y la posible relación de amistad entre cristianas y musulmanas. Algo hay que añadir a lo estrictamente real para componer un relato con homenaje. En todo caso, la intención de la autora está claro y por eso los personajes femeninos están mejor caracterizados que los masculinos.



            En el esfuerzo por los personajes, la autora descuida algunos aspectos. La intriga es tenue, se desarrolla con pocas novedades. Las mujeres se mueven tras el hallazgo de huesos infantiles y organizan una investigación sobre el origen de los mismos. Poco a poco se añaden detalles que llevan a un caso más de hipocresía social y del dominio del español sobre la situación del Protectorado. Por eso era necesario echar tierra al asunto ante una curiosidad general que cano define: La gente quiere conocer los errores de los demás para convertir los suyos en equivocaciones sin importancia (página 183). Con el paso de los capítulos, la novela gana en intensidad y se precipitan las respuestas. El interés va en aumento. El tono amable del relato se transforma en un sórdida y cruel historia, muestra de un modo de vida en una sociedad injusta.

            Por otro lado, falta mayor descripción en la vida colonial que la autora conoce por sus antecedentes. Es evidente que esto es solo una opinión porque al escribir, el escritor se recrea en lo que quiere y olvida lo que quiere. Paloma Cano nos ofrece un retrato de mujeres con vidas complicadas.

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