VIVES, Antoni: I demà, el paradis (RBA-LA
MAGRANA. Barcelona 2014. 394 páginas).
Hay una vitalidad en la literatura en catalán envidiable. Y el tema guineano también es aprovechado. Es
cierto que en la Guinea española habitaron cientos de catalanes y esto ha
dejado una memoria familiar que es aprovechable. También hay un buen plantel de
historiadores catalanes que investigan sobre la colonia guineana, incluso para
mencionar sólo lo más oscuro de la etapa española como el nacionalista Gustau
Nerin. Y en el caso de narrativa podemos encontrar muestras importantes.
Uno de los autores que han aprovechado Guinea para argumentar su
historia es Antoni Vives. Escritor prolífico y político nacionalista. He de
reconocer que me cuesta mucho esfuerzo leer en catalán y que posiblemente se me
escapen detalles importantes. Pienso que Vives escribe bien y ha publicado una
novela atractiva. Echo de menos una traducción.
En I demà, el paradis está escrita en dos escenarios distantes.
Por un lado el ambiente de Cadaqués, entre el costumbrismo y la novedad de la
llegada de artistas, entre la vida cotidiana y sus interrupciones
extraordinarias. Por otro lado, y es el que nos interesa en este blog, la vida
de unos colonos catalanes en Fernando Poo y, en general, el ambiente colonial
de la época. Alguno soñó que Guinea era un paraíso aunque la realidad lo
desmiente. El autor opta por criticar los excesos coloniales, el abuso, la
dominación. No parece que haya conocido de primera mano la situación, se basa
más bien en testimonios leídos o escuchados. Por eso no se detiene tanto en la
descripción como en los sentimientos de los personajes. Actualmente el
novelista huye de las descripciones exóticas o domésticas que tanto gustaba en
la literatura decimonónica; es lógico
porque cualquier imagen obtenida en internet coloca al lector en el lugar de la
narración mejor que la más exquisita escritura. Pero lo que no logra la imagen
es hacer llegar la creíble relación entre los personajes en ese lugar. Creo que
ese es el esfuerzo fundamental de un escritor que trata de recrear un tiempo
pasado en un lugar que ya no existe. Pero esto no le impide buscar la belleza
de las palabras.
Volviendo a Vives. La parte guineana de su novela es una destrucción del
mito del paraíso colonial (se entiende que para los colonos). La fidelidad
histórica es relativa. Es posible que los colonos no tuvieran la mentalidad tan
abierta que nos ofrece Vives de algunos de sus personajes, pero la intención
del autor necesita de estas licencias. Això no és el paradís terrenal, nena,
no per a tothom! I tu no ets l’angel de la guarda de ningú. És el mon, el mon
de debó, amb persones a sobre i persones a sota! Com a tot arreu, collons!
(p. 145). Los colonos no han creado las desigualdades, se aprovechan de ellas
pero tenían la conciencia de que iban mejorando poco a poco la vida de los
africanos y que en sus relaciones de dominio no había maldad. Quien no entraba
en esa categoría, como la protagonista que sufrí por lo que veía y por lo que
vivía en su relación personal, no estaba en el paraíso: Una cosa és escapar
de l’illa, que sempre hi ets a temps, L’altra és pensar que ho pots fer sense
fugir. Això mai, amiga meva… (p. 158).
Una novela polémica que seguramente no gustará a los antiguos
residentes.
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