viernes, 10 de abril de 2015

LAS NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (5): LAS SEMILLAS DE ANNUAL de CAZORLA PRIETO

CARZORLA PRIETO, Luis María: Las semillas de Annual (Almuzara. Córdoba 2015. 471 páginas + mapas).

   Cazorla culmina aquí su trilogía sobre los inicios del Protectorado español en Marruecos. Le ha dedicado casi mil quinientas páginas en tres abultados libros. Y ha conseguido interesar y entretener, lo cual es ya un mérito teniendo en cuenta la dimensión del proyecto. Los dos primeros títulos ya tienen una entrada en este blog. En el tercero, el autor nos apunta al desastre de Annual. ¿Se puede escribir una novela sobre este tema y que interese? ¿No se ha agotado ya el filón? A la primera pregunta responderé que sí y a la segunda que no. En esto, como en todo, el valor estriba en la calidad y en la originalidad. Cazorla no escribe sobre el desastre sino sobre la génesis del mismo, sobre algunos acontecimientos previos que levarían a la derrota frente a Abd el Krim.
Luis María Cazorla Prieto
   Cazorla escribe una novela histórica en el estricto sentido del término. No encuadra un argumento en la historia, ni inventa misterios, tesoros o conspiraciones. Se centra en la narración de los hechos acaecidos entre 1920 y 1921. En ocasiones parece una novela-reportaje, como al principio, porque se ve obligado a poner al lector en antecedentes y hace un resumen de la situación política y militar. Pero el argumento se enriquece con la aparición de personajes ficticios y con el toque policiaco que le da a algunos de sus sucesos, recuperando al capitán Pozo de la Guardia Civil que ya aparecía en la novela anterior resolviendo el asesinato de la Cuesta Colorada. La novela, como toda la trilogía, gira en torno a la figura del general Silvestre, su contrario El Raisuni y su rivalidad con el general Berenguer.
   El autor, muy documentado en los que ocurrió, y con un conocimiento familiar de la vida cotidiana, establece tres grandes líneas argumentales que llevarán a una consecuencia lógica: el desastre.
   La primera la rivalidad militar entre los generales Berenguer y Silvestre. El segundo ascendió antes al generalato pero el primero era alto comisario en Marruecos. Esto causaba conflictos personales y profesionales puesto que Berenguer, cuando fue ministro, suprimió la consideración de que el alto comisario fuera jefe del ejército en Marruecos. Esto trató de corregirlo y se dictó un decreto para asegurarle la primacía. No obstante, no se atrevió a ejercer ese mando supremo con la energía requerida y dejó actuar a Silvestre con demasiada autonomía. Berenguer, que dirigía las acciones en el frente occidental del Protectorado, se compensaba adjudicándose más tropas y medios que los destinados a la Comandancia de Melilla a cuyo frente se encontraba Silvestre. La rota de Annual supuso también el retroceso de lo que se había hecho desde Tetuán durante años.
Larache, calle de Canalejas. Escenario de la novela por hallarse situados allí el hotel España y el cine España
   La segunda se centra en la figura de El Raisuni, como en sus dos novelas anteriores.  La opción por el enfrentamiento con el cabecilla frente a una política de entendimiento. Y que la guerra en las montañas de Beni Arós se desarrollara al mismo tiempo que la lucha contra Abd el Krim, en vez de ordenar una prioridad entre uno y otro frente.
   La tercera es el consabido clima de corrupción que afectaba al Ejército español en Marruecos y que mermaba considerable la Equipación de la tropa. Cazorla lo ejemplifica en el escándalo del millón de Larache, un caso sonado en la época y que dio lugar a un libro del escritor López Rienda (personaje de la novela). Resumidamente se trata de una sustracción mensual de esa cantidad de dinero de Intendencia que acababa en los bolsillos de los militares correspondientes según un turno de reparto que habías establecido. Como suele ocurrir en España, el tema se sustanció con el procesamiento de dos mandos intermedios: el capitán Jordán y el paisano José Gargallo (reflejado indirectamente en otro personaje de la novela).
Portada del libro de López Rienda de 1922

   Cazorla escribe con un estilo sobrio, con la precisión de un jurista pero sin adornos literarios más allá de lo imprescindible. La precisión que evita interpretaciones dispares. A pesar de no ser un novelista de oficio, no cae en los errores de los ocasionales como la adjetivación excesiva, el uso de imágenes de segunda mano o la minuciosidad en lo nimio. La lectura es grata pero tal vez da por hecho que el lector conoce los entresijos de la historia.  El autor es un experto en los hechos, en la figura de El Raisuni y la política española en Marruecos alrededor de 1920. Ha tenido el acierto de llenar un hueco en la novelística española sobre el Protectorado: La zona occidental y la vida civil. La trilogía de Cazorla es ya imprescindible en esta materia a la que dedicamos el presente blog.

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