martes, 16 de enero de 2018

LAS NOVELAS DE TÁNGER (9): EVA de ARTURO PÉREZ-REVERTE

PÉREZ-REVERTE, Arturo: Eva (Alfaguara. Barcelona 2017. 388 páginas + 1 hoja).

   Empezar una novela sobre Tánger, en ambiente de guerra (da igual la española que la mundial) y con espías de por medio me da miedo. Se ha construido en la literatura una imagen de decorado de la ciudad. Tánger es una fantasía, la irreal proyección de una ciudad en la mente de autores poco imaginativos. El cine ha contribuido mucho, pero no es excusa. No obstante, Pérez-Reverte es una firma de prestigio contra el lugar común y comienzo el libro con la esperanza de la sorpresa.

   El autor ha creado un personaje (llamado Falcó) muy de su gusto: Era un individuo para el que los años vividos, las incertidumbres, los peligros y el adiestramiento fraguaban en un comparto bloque de reflejos útiles y rutinas defensivas. Su visión del mundo era simple en las formas y compleja en las causas: un mecanismo de relojería hecho de reacciones automáticas, egoísmo vital, realismo descarnado, sentido del humor oscuro y fatalista, y la certeza intelectual de que el mundo consistía en un lugar hostil regido por reglas implacables y poblado por bípedos peligrosos donde era posible, con voluntad y ciertas aptitudes, ser tan peligroso como cualquiera (página 144). Un personaje muy atractivo para el lector porque garantiza la emoción y facilita la incursión en la historia ficticia. Antihéroe, amoral, sin principios, violento y desconfiado: Siempre que se cruzaba con un superviviente –de algo, de lo que fuera-, se preguntaba qué clase de bajeza habría cometido para sobrevivir (página 36). No es un hombre desilusionado como Alatriste, sino un cínico. Tampoco es un personaje casi único en la literatura contemporánea como Alatriste,  responde más a un  arquetipo.

   Lorenzo Falcó trabaja para los servicios secretos franquistas (SNIO) después de desertar de la República. Estamos en plena Guerra Civil, en 1937. Algunos gobernantes republicanos han decidido sacar el oro del Banco de España con destino a Rusia para pagar la ayuda soviética. Pero hay una parte que no fue al norte sino que acaba en Tánger.

   Tánger era una ciudad internacional, con un régimen jurídico especial y distinto. Neutral y, por tanto, refugio y donde se vivían las rivalidades de la Guerra Civil entre españoles. Cuando el lector llega a la ciudad norteafricana, tras cien páginas, ya tiene la intriga trazada y conoce bien al personaje de Falcó porque el autor ha escrito muy bien el planteamiento. Pérez-Reverte conoce muy bien Tánger y ha leído sobre su historia, no cabe duda. Él mismo lo reconoce: https://www.zendalibros.com/regreso-a-tanger/. Pero en una novela de espías, Tánger vuelve a aparecer como una ciudad de espías: Aquí espían hasta los limpiabotas y las putas (página 98).

   Tánger es una traslación geográfica de la Guerra Civil, una historia con algo de fábula, un escenario que nos recuerda que la Casablanca de la película debió ser Tánger. El oficio de buen escritor va salvando las escenas sin que caigan en lo que ya estuvo escrito. Ayuda mucho lo bien trazado que están  los personajes y el ritmo mantenido en el desarrollo de las escenas. Falcó tiene algo de Marlowe y de protagonista de cine negro, pero eso gusta al lector que no se queda ante personajes planos o que no comprende. Aquí las intenciones están claras y la finalidad aparece sin esconderse. Es posible que algunos lectores prefieran personalidades más complejas y con más recovecos psíquicos. He leído críticas negativas por esto. A Pérez-Reverte se le exige mucho más que a otros escritores y se le perdona menos los errores, es el precio del éxito. Quizás el final sea el previsible durante todo el relato y el tono narrativo suene a otros libros y películas. Pero sostiene el pulso de la intriga y mantiene al lector atento a la lectura. A mí me ha gustado.

   Este es un blog de novela colonial y, en este sentido. Eva aporta poco a la memoria colonial porque no es una novela sobre Tánger sino en Tánger.

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