ARLT, Roberto: El criador de gorilas (Revista Aventura.
Santiago de Chile 1941. 112 páginas; Eudeba. Buenos Aires 1964. 127 páginas; Editorial
Futuro. Buenos Aires 1951; 156 páginas; Compañía General Fabril. Buenos Aires
1969. 189 páginas; Losada. Buenos Aires 1982. 164 páginas; Alborada. Madrid
1991. 172 páginas; Alianza editorial. Madrid 1994. 225 páginas; Ediciones del
Viento. A Coruña 2012. 140 páginas; Terramar. Buenos Aires 2013. 159 páginas;
Eneida. Robledo de Chavela (Madrid); 181 páginas)
Roberto Arlt es una
figura imprescindible de la literatura argentina. Buen novelista es, además,
creador de los aguafuertes porteños que nos dan una visión muy personal de la
vida en Buenos Aires fruto de una perspicacia singular y de un conocimiento
profundo de la calle. Ese estilo lo transportó también a España, pero con menos
conocimiento de la vida española que de la argentina. Como narrador es autor de
unos cuentos, después publicados en libro, sobre el Marruecos español. A
principios de 1935 hizo un viaje por España que le llevó a Ceuta, Tetuán y
Tánger. Parece que el cambio de sociedad le fascinó y consideró con originalidad
propia como para escribir una serie de artículos que se publicaron en la prensa
argentina.
Arlt no es un
explorador, es un periodista que va a escribir unos reportajes. No cuenta con
más información que la que pudiera tener un turista inquieto. Posiblemente
nunca antes se interesó por el Magreb, ni sabía nada de la colonización hispano
francesa de Marruecos. Es casi seguro que nada de esa política colonial le
interesara. Pero le fascinó un mundo que, tan próximo a Europa, era tan
diferente. Y más diferente aún de la Buenos Aires cosmopolita de esos años. El
escritor siente la tentación de relatar esas emociones. Como era también su
oficio, ese escenario nuevo tendría la novedad suficiente como para que sus
lectores no vieran agotada su inspiración. Pero no deja de ser un escritor
exotista que acababa de descubrir el Oriente de los viajes sin riesgo. Fruto de
esa inquietud es El criador de gorilas, colección de quince cuentos publicados
en periódicos y recopilados después un en volumen.
Arlt es un escritor
difícil de clasificar porque es original, curioso e imaginativo. Desde una
visión orientalista, va creando un mundo personal que recuerda al Bagdad de las
mil y una noches recreado a su modo en Tetuán o Tánger. Recuerda un poco a las
viejas películas de Hollywood que aprovechaban los decorados de Persia para
rodar películas de ambiente marroquí. Son relatos fantásticos de historias
extraordinarias con personajes singulares. Se deja llevar por el misterio de lo
oculto, el fraude del pícaro, lo irreal y lo imposible. A veces se aleja hasta
el lejano Oriente. Pero trata de no perder el contacto con el lugar y así
incluye cuentos como Ejercicio de
artillería sobre las deudas de unos tenientes españoles. Y no rechaza los
tópicos tangerinos en La cadena del ancla,
que comienza con una confesión: Cuando a
finales de 1935 visité Marruecos, el tema general de las conversaciones giraba
en torno a las actividades de los espías de las potencias extranjeras. Tánger
se había convertido en una especie de cuartel general de los diversos Servicios
Secretos. En Algeciras comenzaba ya esa atmósfera de turbia vigilancia y
contravigilancia que se extiende por toda África costera al Mediterráneo
(página 94 de la edición de Alianza).
No todas las narraciones
del libro discurren en Marruecos –real o imaginado-. Pero todas las narraciones
del libro desbordan imaginación, fantasía, técnica narrativa y emoción.
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