Las colecciones de novelas cortas fueron una de las principales
lecturas de las familias españolas cuando aún no se había difundido el uso de
la radio. Era, pues, una manera de distracción, de llenar el ocio. Las familias
burguesas se suscribían a las diferentes colecciones existentes a lo largo de
los años, y solían pasarla de unos miembros a otros salvo la censura moral que
los padres ejercían sobre hijos y, sobre todo, hijas. Después algunos las
encuadernaban y pasaban a las bibliotecas domésticas junto a la otra
fuente principal de información y ocio
que eran las revistas ilustradas, verdaderas joyas. Una de esas colecciones fue
La Novela Semanal, colección aparecida en 1921. Quizás la última gran
colección. Pertenecía a la empresa Prensa Gráfica, muy potente en la
época ya que editaba las revistas Mundo Gráfico, Nuevo Mundo y La
Esfera. El editor y propietario era José María Carretero Novillo, conocido
en el siglo como El Caballero Audaz, escritor fácil que tuvo una etapa
galante y otra muy política, tomando partido por el bando franquista y
escribiendo una serie de gran éxito entre los lectores del bando vencedor, La
revolución de los patibularios. Fue un gran periodista, uno de los mejores
entrevistadores, buen crítico taurino y aceptable novelista aunque ya pasado de
moda. Su olfato de editor y de escritor de éxito le dijo que en el desastre de
Annual había materia para escribir y tuvo la iniciativa, entre otras, de dar a
la luz una serie de novelas sobre la tragedia, dentro de la colección aunque publicadas
como números extraordinarios. Para ello encargó a cinco de sus mejores
colaboradores la redacción de unos relatos que vieron la luz entre 1921 y 1922.
Como era habitual en la colección, todos muy bien ilustrados. Eran novelas
cortas patrióticas en las que se ensalzaban los valores de los nuestros y se
clamaba por la venganza. Fueron los siguientes:
1.
El
héroe de La legión de El
Caballero Audaz. (Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela Semanal
número extraordinario. Madrid. Sin fecha (1921). 76 páginas. Ilustraciones de
Penagos).
Es una típica novela legionaria.
Presenta al recién creado cuerpo como una escuela de redención en la que el
desesperado, el perdido, el errado puede llegar a héroe. El autor volverá al
tema africano en otras novelas, sobre las que volveremos en su día.
Lezama había sido director
de otra colección célebre de novelas cortas ilustradas El Libro Popular.
En esta novelita se incluye en la línea de exaltación al ejército patrio pero
sin olvidar algunas críticas a mandos y políticos.
3.
La
misma sangre. de Juan
Ferragut. (Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela Semanal número
extraordinario. Madrid, 31 de diciembre
de 1921. 77 páginas. Ilustraciones de Penagos).
4.
Bajo
el sol enemigo de Antonio de
Hoyos y Vinent. Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela Semanal número
extraordinario. Madrid, 8 de marzo de
1922. 75 páginas. Ilustraciones de Echea).
Otra novela legionaria de
ideario similar a la de El Caballero Audaz. Hoyos era un autor conocido,
de gran cultura y educación esmerada, homosexual y decadentista. Pero no le
importó sumarse a la corriente patriótica para pedir una acción enérgica en el
protectorado.
5.
Lupo,
sargento de
Carlos Micó. (Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela Semanal
número extraordinario. Madrid, 8 de
abril de 1922. 73 páginas. Ilustraciones de Ricardo Marín).
Micó conocía bien La
Legión desde dentro. Se alistó, combatió bien y ascendió por méritos de guerra.
Su personalidad original merece ser comentada cuando hable de otras de sus
novelas africanas. No le falta sentido del humor en su relato guerrero.
Además, esta colección
publicó otros dos números ordinarios sobre el desastre:
6.
Sacrificio de Emilio Carrere. (Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela
Semanal número 48. Madrid, 10 de junio
de 1922. 73 páginas. Ilustraciones de Echea).
Carrere es el único de los
autores que tiene un fondo antibelicista, contrario a la aventura colonial y a
los sacrificios estériles que estaba provocando en familias modestas. Está
dentro de la numeración ordinaria de la colección aunque se anuncia como
extraordinaria.
7.
El
sorbo del heroísmo de Gabriel
Alomar. (Publicaciones Prensa Gráfica. La Novela Semanal número 91.
Madrid, 7 de abril de 1923. 60 páginas.
Ilustraciones de Regidor).
El autor dedica las cuatro
últimas páginas de su novela a un relato sobre un viejo moro marroquí de Tetuán
que se lamenta de la destrucción que causan los españoles.
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