SANTIAGO, Carlos: La Kábila de Tzen (Ciudad
Autónoma-UNED. Melilla 2010. 329 páginas; 2ª edición. Consejerías. Ceuta-Melilla 2013. 327 páginas. Ilustrada).
La novela de Carlos Santiago es sorprendente. La acción se sitúa en dos
planos temporales distintos. Uno hacia 1909 en Melilla y otro en 194… en la cabila de Tzen (lugar imaginario pero
fácilmente identificable con las de la orilla oeste del río Kert). La novela se
desarrolla con un ritmo sorprendente que enlaza acontecimientos cotidianos con
la intriga criminal. El lector queda enganchado en un relato bien escrito que
rebosa un fino humor.
El autor, periodista melillense dedicado a tareas de publicidad, escribe
una historia de gran viveza, con rápidos cambios de ritmo y lleno de sorpresas.
Es un libro que atrapa. Sugestivo. A veces las buenas novelas se publican en
editoriales pequeñas o institucionales (como es el caso), y no tienen el
marketing necesario para ser populares. Internet ha facilitado mucho el
conocimiento y la búsqueda pero –como ya he dicho en otras ocasiones- en muchos
casos se quedan como libros para especialistas.
La parte de acción situada en 1921 recrea la vida en la ficticia cabila
en los preparativos de la guerra contra los españoles. La originalidad es que
el autor no se encorseta con la reconstrucción histórica fidelísima sino que
deja vagar la imaginación introduciendo situaciones chocantes, graciosas o
ridículas sin que esto suponga menospreciar a los rifeños sino colocarlos en un
plano de realismo mágico que tanto recuerda a los maestros sudamericanos. Sus
cabileños son entrañables, viven en la tradición de un mundo aislado. El mismo
humor, al que no le falta acidez cuando es necesario, lo emplea para describir
los campamentos españoles. A veces, el sarcasmo recuerda El sitio de
Krishnapur de Forester; otras veces la angustia del fugado nos lleva a
Sender. Los personajes se mueven con sus miserias, sus miedos, sus ambiciones
pero sin aspavientos falsos ni heroísmos exagerados. Hay una situación de
desesperación pero no falta el humor. En la peor de las circunstancias hay un
resquicio para la sorpresa.
Carlos Santiago quiere mezclar las historias de moros y cristianos, de
rifeños y españoles, de ambos bandos. Su novela se sustenta en el entrelazado
de las vidas paralelas de unos y otros. En las historias conectadas con la
diferencia de 20 años. En el azar de la vida que lleva a los personajes de uno
a otro bando. En la complicación de las gentes sencillas en tiempos revueltos.
Si los extraños habitantes de Tzen se ven envueltos en las guerras
coloniales también los extraños soldados españoles llegaron a dónde no les
llamaron y para misiones que les eran ajenas y difíciles. En este laberinto de
incomprensiones flota la ternura de la vida cotidiana y la lucha por la
subsistencia. Tiene además la virtud de estar bien resuelta en un final sorprendente y lógico.
La kábila de Tzen es una de las mejores novelas de asunto
colonial que se ha publicado en los últimos tiempos y merece ser leída con la
atención de los buenos libros.
Saludos Antonio.Tu comentario me dado una alegría. Parece que tu paseo por "La Kabila de Tzen" lo hemos hecho juntos. En nuestro caso es sorprendente la forma en que encaja la intención del autor con la interpretación de el lector. Se puede decir que el autor empieza a escribir la novela, los personajes la cuentan y el lector la termina. Esta última es la auténtica versión. Como eres una persona inmersa en la literatura y en el mundo colonial africano, no se te ha escapado nada, incluido el humor y la humanidad que pretendí respirara el relato. Ahora cambiamos los papeles y seré un lector más de tu (seguro) enriquecedor blog. ¡Ah! se volvió a editar. Corregida. Con un pequeño diccionario de la época en chelha y árabe; ilustrada con acuarelas (que poco a poco te puedo ir mandando) Muchas gracias y un abrazo. Carlos
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