LINARES-BECERRA,
Concha: Cita en el Paraíso
(Editorial Juventud. Barcelona 1940. 191 páginas. Portada de Longoria; Imprenta
Sáez-CLB. Madrid 1955, 159 páginas: Editorial Constancia. México 1962. 192 páginas) En ambas editoriales la novela tuvo varias ediciones y cambiaba el diseño de la portada.
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Muchachas
sin besos (Editorial Afrodisio Aguado-CL.
Colección Más allá. Madrid 1942. 267 páginas; Sociedad General Española de Librería. madrid 1942? 269 + 1; Editorial Juventud. Buenos Aires
1946. 199 páginas; Editorial Cunillera. Colección Diorama. Madrid 1971. 340
páginas).
ORTOLL,
María Mercedes: Cartas del
Sahara (Editorial Juventud. Barcelona 1963. 191 páginas).
Aunque ya dedicamos una entrada a la novela
femenina sobre el África española, vamos a ampliar esta visión típicamente
femenina con otras entradas. Hablar hoy de novelas femeninas y masculinas es
algo irreal, pero no lo era en la España de los años 40 ó 50 del siglo pasado.
Una sociedad mojigata, puritana y cerrada que reservaba a la mujer un papel
determinado y que la educaba en unos valores conservadores. Había pues un tipo
de literatura enraizada con esos valores y ese tipo de vida. Por un lado, las novelas
de quiosco y, por otro, algunas novelas de mejor factura que estaban escritas
por mujeres y alcanzaron una gran popularidad. A veces alternaban unas
colecciones y otras. Aunque trataban el amor convencional, el papel de la mujer
ama de casa, el matrimonio como salida en la vida para la mujer y la búsqueda
de un ideal de marido, estas autoras que hoy empezamos a revisar no eran tan
retrógradas como pudiera pensarse. Muy revelador es el libro de Carmen Martín
Gaite Usos amorosos de la postguerra española. En general, se trata de
relatos sin tragedia, de amores finalmente felices y de ilusiones cumplidas sin
problemas económicos. Libros con final feliz.
Una de las principales novelistas de éxito
fue Concha Linares-Becerra (1910-2009), nacida en Madrid y que empezó a
publicar con 23 años. Fue muy prolífica, aunque a partir de los años sesenta
del siglo XX este tipo de literatura fue perdiendo favor popular como
consecuencia del cambio sufrido en la sociedad española.
Concha Linares-Becerra
Cita en el paraíso (1940) es una novela
típica de la autora. Seres brillantes de alta sociedad, situaciones en las el
único problema grave es el amor incomprendido y un escenario más o menos
exótico. En este caso alterna España, recién acabada la guerra, con un
Marruecos irreal lleno de los mismos españoles de la península en viaje de
turismo. La verdad es que, aunque gran parte de la novela se desarrolla en una
finca en los montes de Yebala, los personajes son todos españoles trasladados a
una fiesta y no se puede hablar propiamente de novela colonial.
También en Muchachas
sin besos (1942) hay escenas marroquíes. Esta novela sigue con la temática
natural de la época y el género: la búsqueda de un buen partido (¡Qué viejos
han quedado esos argumentos!). Lo hace con sentido del humor. Los dos últimos
capítulos los ubica en Tánger aunque no hay mucho de vida colonial sólo el
traslado, como en la novela anterior, de algunos españoles a la ciudad
internacional a hacer turismo. La autora dedica su capítulo VII al bajá de la
ciudad Sidi Mohamed Abdessadak, que le hizo de guía. Pero no aportad nada nuevo
al conocimiento de la vida colonial ni de la ciudad.
Edición argentina
María Mercedes Ortoll era otra de las
autoras preferidas por las lectoras. Fue también muy prolífica y publicaba en
las colecciones más populares. Nacida en Canarias, deambuló por la península
siguiendo a su marido el militar Antonio Galindo Casellas que, como general,
fue gobernador militar de Cáceres, Gran Canaria y Ceuta. En 1963 dio a la luz Cartas
del Sahara. Cuando el marido era coronel mandó el tercio Don Juan de
Austria, entre 1961 y 1965, en el Sahara y de ahí proviene el conocimiento que
tenía la autora sobre la región y la ambientación de la novela.
Dibujo de Galindo para Cartas del Sahara
Han pasado más de veinte años desde las
novelas de Linares-Becerra ya citadas y el cambio de mentalidad se nota hasta
en las escritoras más convencionales. La protagonista de Ortoll es una joven
doctora en Medicina y competente profesional educada entre Madrid y Paris.
Comienza una relación, al principio epistolar, con un legionario destinado en
El Aaiun que le va narrando las peripecias de su vida sahariana. Por la
extrañeza del destino, la autora (que puede ser que tomara algunos hechos de su
experiencia personal) introduce una dosis de misterio. De la vida convencional
de una familia de clase media alta, con algunos problemas de convivencia por
segundos matrimonios, se pasa a un matrimonio originado en una relación
epistolar. La recién casada llega a El Aaiún para conocer a su marido y le
suceden unos imprevistos misteriosos que ayudan a que la lectora se enganche en
el relato y tienda a identificarse con la protagonista. Es una novela trágica.
Pero la autora describe algunos detalles sobre la vida, eminentemente militar,
de los españoles en el Sahara en aquellos años difíciles. Es una novela atípica
dentro del género cultivado por Ortoll y gana según se avanza en el relato.
El Aaiún
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