jueves, 18 de abril de 2013

NOVELAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA (1): BIOKO de MARC PASTOR


PASTOR, Marc: BIOKO. Editorial Planeta. Barcelona 2013. 475 páginas. Traducido del catalán por Josep Escarré. Ilustraciones de Oriol Malet.

   Marc Pastor aprovecha los escenarios de Río de Oro, al principio de la novela, y de Fernando Poo para trazar una historia llena de aventuras, crímenes, intriga y sucesos encadenados que buscan mantener la atención del lector sin decaimiento. El ritmo de los episodios que cuenta se mantiene constante y atrapa la atención. A veces usa para ello recursos que no corresponden al valor de su escritura, como los párrafos muy breves de una o dos frases que eran propios de los novelistas populares que cobraran por páginas. El autor es soberano en sus escritos y puede hacer lo que quiera. Sólo responde ante los lectores. Por tanto es libre de narrar cualquier hecho real o imaginario, de manera objetiva o tomando partido, y situarlo en el sitio que le plazca. Y puede, como es el caso, introducir anacronismos, desfigurar la realidad y forzar el argumento con viajes en el tiempo y matanzas horribles que no se corresponden con la realidad histórica. El autor no pretende escribir una novela histórica ni recrear la vida colonial  a finales del siglo XIX en Bioko, aunque entonces no la llamaban ni los autóctonos. Y en este blog pretendemos comentar las huellas de las colonias españolas en África en la novela. Dejando al margen las cualidades literarias, se pueden señalar algunos aspectos puramente coloniales.



   El ambiente guineano de finales del siglo XIX es muy atractivo para el novelista que busca originalidad, al menos en el escenario y en las relaciones humanas que allí se desarrollaban. Pastor lo sabe y aprovecha la incipiente colonización de la ciudad de Santa Isabel (hoy Malabo) en 1887. Habla de una colonia penitenciaria que nunca existió, sólo fue un proyecto. Pero no aparecen presidiarios en el relato sino infantes de marina de las compañías que se destacaron allí como guarnición. No es un autor al que le gusten las descripciones, sino la acción, pero sí que desarrolla escenas en lo que pudo ser la vida de la época en tabernas, cuarteles y plantaciones. Como he dicho, no pretende una reconstrucción detallada y precisa y, por lo tanto, no puede leerse el libro creyendo que lo descrito correspondía a lo real. Por otra parte, no hay tampoco muchas fuentes contemporáneas en las que la vida cotidiana en Fernando Poo quede reflejada exhaustivamente.  El narrador debe reconstruir mediante indicios y señales indirectas. Es poco probable que esa época existieran comunidades fang en la isla y exagera la presencia británica. Por otro lado presenta a los personajes españoles, militares y funcionarios, toscamente tratados como si todos fueran bobos o malos, o las dos cosas, cayendo en la caricatura.  La realidad no era así, en las colonias, como en todas partes, había de todo: buenos, malos y regulares. Aunque siempre existiera un racismo latente consecuencia de la superioridad que el blanco se atribuía sobre el indígena. Su personaje Moisés Corvo, un hombre acostumbrado a que la vida lo trate mal, resulta un antihéroe violento pero que guarda una nobleza de la que carecen sus semejantes en la ficción.

  Novela que recrea una fantasiosa Fernando Poo, muy atractiva para el lector que busca intrigas y acciones que mantenga la tensión., pero que no busca la descripción histórica de la vida colonial.

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