Guinea es un escenario atractivo también para los autores de
novelas dedicadas a los jóvenes. El exotismo del paisaje, de las costumbres, de
los habitantes. Las aventuras que pueden surgir del alejamiento y la soledad de
los que decidían adentrarse en las selvas tropicales. La vida dura y atractiva
de hombres que se decidían a dejar su tierra para dedicarse a negocios o
empresas en sitios desconocidos y peligrosos, y todos los demás ingredientes
que pueda añadir la imaginación del escritor, favorecen esta literatura. No hay
muchos ejemplos, pero sí los suficientes como para comentarlos en una categoría
aparte. Quizás el asunto dé para más y, teniendo en cuenta una cierta tendencia
actual a volver sobre lo colonial, podamos ver más ejemplos próximamente. He
aquí una muestra:
GABARRAS, J.: En las
selvas de África. Editorial Dalmau Carles Pla. Gerona 1964. 43 páginas y 1
hoja. Ilustrado.
LORMAN, José: Rumbo a
Elobey. Editorial La Gaya Ciencia. Barcelona 1974. 209 páginas.
Ilustraciones de J. M. Bea.
LORMAN, José: Manuel
Iradier Bulfy explorador del África negra. La Gaya Ciencia. Barcelona 1976.
149 páginas y 2 hojas. Ilustraciones de Lluís Laporta.
NOVOA, José Manuel: A
través de la magia bubi. Por las selvas de Guinea. Edelvives. Zaragoca
1991. 119 páginas. Con fotografías del autor.
CLIMENT, Paco: El
aprendiz de Stanley. Ediciones del Bronce. Barcelona 1999. 131 páginas.
Mi amigo Iradier. Edelvives. Zaragoza 2004. 158 páginas + 1 hoja.
Mi amigo Iradier. Edelvives. Zaragoza 2004. 158 páginas + 1 hoja.
LORMAN, Josep: El cofre
del negrer. Editorial Cruïlla.
Barcelona, 2000. 156 pág. Ilustraciones: Tha.
LORMAN, Josep: Pamue!
Editorial Cruïlla. Barcelona 2000. 221 páginas. Ilustraciones de August
Tharrats (Tha). En catalán.
BOIX, Armando: Aprendiz
de marinero. Edebé. Barcelona 2000. 189 páginas. Ilustraciones de Jordi
Vilá Delclòs.
La primera aportación se
debe a Gabarras en una colección llamada La vuelta al mundo. Eran unos
libritos breves, con unos apreciables dibujos de Narmas, en los que había una
intención pedagógica clara: se pretendía enseñar geografía universal a los
niños mediantes historias desarrolladas en los diversos lugares del mundo. En
el que nos ocupa la acción comienza en Villa Cisneros, sigue por las costas
africanas y acaba en la colonia española donde se desarrollan las previsibles
peripecias de selva, cacería, animales peligrosos y descripciones de indígenas
y paisajes.
Ilustración de En las selvas de África
Después de la independencia
el autor que más novelas ha dedicado a Guinea española es Josep Lorman. Es un
hombre que ha estado dedicado a la literatura, la edición y el cine y cuyos
datos, tanto biográficos como bibliográficos, pueden consultarse en su página
web: http://www.joseplorman.com. Sus primeras novelas las escribió en castellano para pasarse
después al catalán. Comenzó en 1974 con un relato titulado Rumbo a Elobey
en el que, además de demostrar conocimientos geográficos y de navegación a
vela, ofrece una buena aproximación a la vida colonial en las islas españolas
del golfo de Guinea (Corisco, Elobey) en 1900. La intriga está suficientemente elaborada como
para atrapar al lector joven. Está características, que son también de sus
otras novelas, hace que los relatos tengan los elementos suficientes para haberse
convertido, si el autor lo hubiese deseado, en novelas para adultos. Esta
novela la amplió posteriormente, publicándola sólo en catalán con el título de El
cofre del negrer. El personaje principal, un muchacho llamado Marcos, tiene
muchas similitudes con el Daniel de Pamue! El primero era grumete de un
barco y el segundo, conocedor del territorio continental de la colonia, guía de
la expedición. Pero Marcos se mueve en un mundo de marineros, de personajes de
características muy marcadas que le dan perfecto contrapunto al joven
aventurero. En Pamue! Daniel es el sentido común y la inteligencia
frente a un militar español en una expedición que tiene por objeto rescatar a
unos comerciantes perdidos en el bosque. En este caso el antagonista es un
militar español bruto y prepotente. Es habitual que el personaje estúpido
siempre sea el militar, es un tic repetido. En todo caso es una buena novela,
con una nueva edición en 2010, y lamentamos, los que no somos catalanoparlantes
y tenemos que hacer un gran esfuerzo por leer en catalán, que no se haya
traducido al español.
Su novela sobre Iradier no tiene la frescura ni la gracia
de las otras porque se trata más bien de una biografía rellenada de datos
históricos para situar al personaje. Demasiado fiel a los diarios del explorador
vasco, no permite a Lorman desarrollar acciones más imaginativas.
Esto le ocurre también a
Paco Climent en su novela El aprendiz de Stanley. También muy fiel a los
hechos históricos, narra las aventuras de Iradier desde su temprana afición a
la exploración, pasando por su encuentro con Stanley y el consejo que le da éste
para viajar al Muni y su viaje a la selva. El relato incorpora personajes que
ayudan al joven a desentrañar los sucesos y a enmarcar la importancia de la
aventura del protagonista. En 2004 aparecería una reescritura de esta novela con el título de Mi amigo Iradier.
José Manuel Novoa es un
periodista que ha trabajado mucho en Guinea y es autor de libros como Guinea
Ecuatorial: Historia, costumbres y tradiciones (1984) e Iboga, la
sociedad secreta del bueti (1989). Además es realizar de varios
documentales y series de televisión. En su libro A través de la magia bubi
apenas hay unas pocas referencias coloniales, se desarrolla después de la
independencia y aproxima a una de las pasiones del autor, los ritos mágicos y
religiosos de las sectas indígenas.
Por último citaré a
Armando Boix, autor de varias novelas y de muchos relatos cortos. Aprendiz
de marinero recuerda algo a Rumbo
a Elobey porque el protagonista vuelve a ser un polizón en un barco de vela
en el siglo XIX. Pero esta vez el rumbo es a Fernando Poo. El joven, en
compañía de un tío suyo que vivía en la colonia, descubre el mundo nuevo de la
isla africana, la reducida sociedad de europeos y el contacto con los
pobladores bubis que el autor, seguramente por el público al que va dirigido el
libro, dulcifica y adapta.
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