NEGRILLO CORON,
Celedonio: Yamina. Novela histórica
de los soldados leoneses en Marruecos (Imprenta de la Diputación
Provincial. León 1933. 368 páginas; Editorial Órbigo. La Coruña 2018. 368
páginas –reimpresión-).
Celedonio
Negrillo nació en Hervas, Cáceres. Fue militar. Murió en León, en la Guerra Civil, como capitán de
Infantería. En esa ciudad ejerció un tiempo como periodista . No conozco más
obras de él.
En un estilo
recargado, propio del escritor bisoño de la época, comienza la novela en un
idílico pueblo de Riaño, llamado Fuenteclara, en el que bien en armonía,
honradez y buena convivencia los habitantes. Es un canto a la vida rústica que
recuerda la ideología carlista que subyace en las novelas de Pereda, también
defensoras de la vida apartada, agrícola y pecuaria. A los mozos los han
llamado para cumplir sus obligaciones militares y Negrillo aprovecha para
alabar las virtudes castrenses. Los jóvenes leoneses, nobles y sanos como los
quiere pintar el autor, llegan a Melilla poco después del desastre de Annual.
La novela está imbuida de un espíritu patriótico que comprende algunas críticas
pero sin excederse. Lo vemos en las páginas 46 y 47:
Y continúa con el canto a las virtudes castrenses resumidas
en el espíritu de sacrificio y camaradería: Una
de las virtudes más cultivadas por los oficiales del expedicionario de Burgos,
era la del compañerismo. Hombres que vivían bajo la misma tela de la tienda de
campaña, que habían prestado el mismo juramento y unían sus esfuerzos a la hora
del sacrificio bajo los pliegues de la misma bandera, no admitían entre sí
rencores y rencillas, dando al traste con cualquier aspereza que pudiera ser
causa de tibieza en el mutuo aprecio (p. 49). Porque Negrillo quería
diferenciar las conductas y actitudes que se observaron antes del desastre de
Annual de los valores renovados de la campaña de reconquista, de los que el
autor participaba con entusiasmo. La primera parte, llegados a Melilla, es una
descripción de los avances en la toma del territorio hasta que los leoneses
llegan a Uestía, a orillas del Kert, y quedan destacados en una posición.
A partir de aquí
(página 80), la novela abandona el sentido documental de reportaje de campaña
para adentrarse en terrenos más comunes. El autor es militar, cree en su
profesión y quiere presentar a los militares españoles como nobles
conquistadores y respetuosos con el honor de las mujeres y la propiedad de los
marroquíes. Esto, lógicamente, no fue así porque la campaña de reconquista fue
muy cruel y se cobraron venganzas terribles. Y, por otro lado, aparece el
exotismo en su vertiente más corriente: el amor interracial. Al salir las moras de la posición, llevaban
la impresión de que bajo los dominios del Sol, no existían seres tan galantes,
simpáticos y humanitarios como los españoles (página 92). Yamina, joven
kabileña sin instrucción, resulta que habla español perfectamente y le reza a
la Virgen María como reminiscencia de su paso por una familia cristiana. Dejando
un misterio en torno al origen de la protagonista. Aixa, otra joven enamorada
de español, sufre hasta la muerte. Yamina desaparece y los protagonistas, el
capitán, Juan el que dejó la novia en el pueblo, Paco…. Siguen en la guerra, en
la reconquista del territorio perdido, en la lucha a muerte. Lo que hace que la
novela no sea la simple historia increíble de amor de militar español y mujer
musulmana. Aparecen referencias a los campamentos que se iban convirtiendo en
poblados, a la recién aparecida Legión. Se nota que el autor estuvo en esos
escenarios por los detalles de sus descripciones.
El cruce de amores
entre mora y cristiano, la ayuda que ellas prestan a los sufridores militares,
el sentimiento de misión civilizadora y benemérita que subyace en toda la
historia, deriva el relato al más puro exotismo al uso en la época. A una
ideología colonialista que tenía mucho de ingenua, de función sin
inconvenientes ni abusos en el que siempre triunfaría el abnegado civilizador
rescatando a la población atrasada de sus incompetentes y corruptos cabecillas.
El autor se ve obligado a hacer referencias históricas, geográficas y nociones
de religiones comparadas porque el lector al que se dirigía podía no comprender
bien las situaciones sobre las que escribía. El ritmo decae pero la intención
pedagógica se impone. Pero, para mantener la atención, se introducen nuevos
personajes que tiene que ver con Yamina y su misterio, historias cruzadas, una
intriga que sirva para seguir leyendo. Lo malo es que los argumentos quedan
desligados y que a la novela le falta una estructura clara. Pero es más
entretenido y está más fundamentada que otras novelas similares de la época
porque completa el amor con la aventura, huye de la sensiblería ñoña y mantiene
la intriga con incertidumbres sobre lo que pasará.