martes, 22 de julio de 2014

CHAFARINAS: UNA ALDEA EN LA MAR de LUIS JÁTIVA GARCÍA

JÁTIVA GARCÍA, Luis: Chafarinas, una aldea en la mar. (Edición del autor. Oviedo 2008. 545 páginas).

  
   Las islas Chafarinas son una pequeña posesión española cerca de la costa norteafricana. Son una posesión reciente ya que fueron ocupadas por el capitán general de Granada, Serrano, en 1848, horas antes de que llegaran los barcos franceses enviados desde Argelia con la misma finalidad. Había sido refugio de corsarios y de pescadores. Y constituía un punto estratégico para control Cabo de Agua y la frontera entre Marruecos y Argelia. En estas islas, que carecen de agua potable y son unas hectáreas peladas azotadas por el viento, hay una guarnición militar. Pero hasta los años setenta del siglo XX hubo población civil. De esa época queda una pequeña iglesia, una escuela y las casas que ahora usan los soldados. También contó con oficina de correos y se llegó a levantar una pequeña fábrica de conservas. Las islas fueron unidas por unos diques que un temporal destruyó en 1914, aunque aún quedan restos. La existencia de población civil –que también la hubo en los otros peñones o posesiones españolas en Alhucemas y Vélez de la Gomera- es un episodio que puede ser novelesco, pero que nunca se aprovechó en la literatura. Incluso es bastante escasa la información en ensayos o libros de divulgación. Hay algún ejemplo como las obras de Rafael Pezzi: Los presidios menores de África y la influencia española en el Rif (1893) o Las plazas menores de África (1921) de Francisco Carcaño Mas.


   Játiva (Melilla 1934) es un médico afincado en Asturias que conoció bien el Protectorado en Marruecos y Melilla. Aficionado a la escritura, algunas de sus novelas están ambientadas en el África española: Marruecos, Chafarinas o Ifni. Como médico militar estuvo destinado en las islas Chafarinas en 1961 y la novela parece ser una colección de recuerdos autobiográficos aderezados de datos históricos y observaciones. Por tanto, es una novela con poca acción, mucha melancolía y recuerdos cariñosos. No nos habla de la época dorada de las islas sino de la etapa decadente en la que todavía había escuela, capellán y algunos pocos civiles. Pero es un retablo de la vida local, del fin de una época en un lugar: Le cuesta trabajo comprender como el personal civil, “faristas”, panaderos, carteros, maestros, pueden aguantar estoicamente este aislamiento durante años. Es como volver a un pasado donde faltaba lo más elemental. En este lugar cosas tan esenciales como el agua, la comida y otras mil cosas dependen de un pequeño barco, de una climatología más o menos benigna, donde la vida y la muerte es una “ruleta rusa” (página 122). Por la época y la temática no es una novela de contenido colonial, pero estas posesiones próximas a Marruecos tiene siempre una fuerte relación con el Protectorado y las referencias en el relato son muchas. Como suele ocurrirle a los escritores ocasionales, adolece de exceso de páginas.


   Este relato continúa el testimonio novelesco iniciado por el autor en Sidi tebib (2006) y que culminará en Ifni cafard (2010) de la que ya nos ocuparemos. Sidi tebib es un libro de recuerdos, no es exactamente una novela, en el que se ocupa de la etapa en que ejerció de médico en la zona de ras Kebdana en los años 60 del siglo pasado. Por tanto, se trata de la primera etapa de la recién recuperada independencia marroquí. El autor describe las dificultades con las que se encontraba un médico en la zona, pocos medios y mucho trabajo. Y en algunos capítulos narra peripecias curiosas como la vida de un “renegado” español que huyó tras el desastre de Annual o algunas historias de la guerra entre Argelia y Marruecos –Guerra de las Arenas- que tuvo lugar en 1963.

martes, 15 de julio de 2014

NOVELA POPULAR Y GUINEA ESPAÑOLA: LAS AVENTURAS DEL PEQUEÑO TARZÁN.

POLO BARBERO, José: El pequeño Tarzán (el niño mono). Extraordinarias aventuras de un boy-scout en la Guinea Española. (12 cuadernillos de 8 páginas cada uno. Editorial Sanxo. Imprenta Layetana. Barcelona hacia 1930. Ilustraciones de Alberto Mestre Moragas).



   La novela popular por entregas tuvo mucho éxito en España al igual que en otros países. Dentro de este género había diferentes calidades. Algunas novelas tenían una buena técnica narrativa y un gran conocimiento de los lugares y hechos que describía, otras no. Eran, en gran medida, herederas del folletín y de la novela histórica post romántica. El interés del lector se mantenía, de una semana a otra, dejando cada capítulo en una situación arriesgada, peligrosa o difícil que luego se resolvía con sencillez. Dentro de este pulp hispano hubo, como ya vimos en otra entrada, un buen número de publicaciones dedicadas a Marruecos y las guerras contra los moros. Pero también hay un ejemplo de contenido guineano.

   Las aventuras del pequeño Tarzán fue una serie de novelas por entregas que tenía todas las características del género: Portadas llamativas que llamaban la atención del lector y aventuras inverosímiles pero llenas de emoción para un lector ingenuo y de escasa formación. Las editaba Sanxo en Barcelona, editorial dedicada a esta materia y que se ha convertido ya en un clásico de la literatura popular en España. La serie comprendió varias aventuras (La India, Far West, Marruecos, África…) de pocas páginas y muchos hechos.


   El autor no se paraba nunca a explicar que hacía un  menor viajando solo por el mundo, ni cómo llegaba a situaciones irreales, ni siquiera cómo podía salir de ellas sin resultar increíbles. Era la manera de contar que gustaba y eso era suficiente. En fin, una curiosidad.

viernes, 4 de julio de 2014

VISIONES FEMENINAS DEL ÁFRICA ESPAÑOLA (II): TEBIB de ROSA MARÍA ARANDA y ZOCO GRANDE de CARMEN NONELL

ARANDA, Rosa María: Tebib (Artes Gráficas Berdejo Cabañal. Zaragoza 1945. 244 páginas. Portada de Bayo).
NONELL, Carmen: Zoco grande (Editorial Colenda. Madrid 1956. 294 páginas).
   Hay dos novelistas españolas que dedicaron algunas páginas a Marruecos y que presentan algunas características comunes. No son novelistas rosas aunque se aproximan a la novela popular femenina. Tiene una manera de ver la vida más liberal sin que estén fuera de los cánones de moral y costumbres de la España de la época. Y plantean algunos argumentos que resultaría tabúes para la novela femenina usual. En sus relatos la mujer aporta la sensatez y la capacidad de regeneración que le faltan a unos hombres egoístas y con una ambición maligna. Sus protagonistas formaban parte de una nueva generación de mujeres que tenían cierta independencia, trabajaban pero que, al final, siempre estaban supeditadas al matrimonio. Tal vez por ello, su búsqueda de la felicidad estaba condicionada y las volvía frágiles. Nonell describía a su personaje protagonista: Era una muchacha independiente, a la que un temprano desengaño amoroso, sin demasiadas raíces, había vuelto escéptica e indiferente, tal vez porque la costumbre de la camaradería asexuada de sus compañeros y experimentada en los ejemplos de sus amigas casadas había llegado a la conclusión de que el hombre español  no está hecho para la igualdad y el compañerismo con la mujer propia. Y ella, con su capacidad, con su personalidad consciente y definida, no podía aceptar la injusticia de ser un objeto de posesión (página 14).
   Rosa María Aranda es una autora nacida en Zaragoza en 1920 y muerta en 2005. Los datos biográficos pueden verse en la página de Javier Ortega: http://escritoras-aragonesas.blogia.com/2006/120603-rosa-maria-aranda-vista-por-javier-ortega.php o en la de Antón Castro: http://antoncastro.blogia.com/2005/101201-acta-de-un-encuentro-con-rosa-maria-aranda-.php  .  De estas notas se deduce que no era una mujer convencional sino que tuvo contactos artísticos y actividades deportivas desde muy joven. Publicó algunas novelas en colecciones femeninas de postguerra aunque luego evolucionara hacia otras temáticas.  A Marruecos dedicó la novela Tebib. Aunque la autora no vivió en Marruecos, es posible que su marido –militar de profesión- le contara algo sobre la vida de los españoles en el Rif. La originalidad del relato, y en esto es una verdadera pionera, resulta de su voluntad de hablar de la vida civil en el Protectorado, sin guerras coloniales ni militares en campaña.




Dibujo de Aranda publicado en el diario ABC de Madrid el 19 de mayo de 1946

   Aranda escribe una novela de ideales en la que contrapone a dos personajes que representan dos posturas antagónicas ante la vida. Ambos son médicos del Servicio de Intervenciones que desarrollan su profesión en el Rif Centra, en Ketama y alrededores. Uno de ellos ha tenido que dejar su próspera consulta de Madrid, en la que practicaba abortos clandestinos, y llega a Marruecos esperando que su falta se olvide y pueda volver a la ciudad que añora. No le gusta ejercer en las kabilas, se aburre extraordinariamente y cae en el alcohol. El otro médico está allí por un ideal humanitario. Pronto chocan los dos. Pero, como era normal en la mentalidad de la época, el bien vence al mal. Marruecos era tierra de redención en la épica colonial y para ello no será ajena la intervención femenina.

   Carmen Nonell es una escritora y periodista nacida en 1913 en Barcelona. Novelista que gozó de reconocimiento en los años 40 y 50 del siglo pasado, es además ensayista y autora de libros de literatura juvenil. Huye de la simple literatura femenina de la época y aborda temas más complejos, más arriesgados y más valientes en sus planteamientos, pero sin llegar a romper la moralidad al uso en la sociedad española. Si lo hubiera hecho, no habría podido editar. En 1954 ganó el premio Fémina con la novela Zoco grande. Era un premio creado por la pequeña editorial Colenda de Madrid, para llenar un hueco en el mundo boyante de los premios literarios. Se exigía que las novelas fueran escritas por mujeres y tuvieran un contenido femenino. Las novelas premiadas las publicaba la editorial en su colección Grandes novelistas de nuestro tiempo.
Noticia en el diario ABC de Madrid de 10 de mayo de 1965


   En Zoco Grande se asoma a Tánger e integra los elementos típicos de la novelística de la ciudad: cosmopolitismo, mezcla de razas, el submundo del contrabando, el exotismo de un lugar realmente distinto del resto del país por su carácter internacional, etc. En la novela Nonell se atreve a plantear un tema aún tabú en la época, el posible matrimonio entre una mujer española y un hombre musulmán. No era algo infrecuente en el Protectorado pero solía darse entre mujeres de clases bajas o trabajadoras nunca en la burguesía. Se  caía en un problema religioso más que racial: … los españoles somos así. Estamos tan seguros de nuestro catolicismo, tratamos a Dios con tanta confianza, que hemos acabado por convencernos de que somos los únicos que podemos interpretar su pensamiento (páginas 174-175). Frente a la oposición familia, a la mujer sólo le cabía la rebeldía o el desistimiento. La protagonista opta inicialmente por la rebeldía. Pero la autora ahonda en el conflicto que se va a convertir en el eje de la segunda parte de la novela. La familia musulmana del novio también se opone: … los europeos, que desprecian nuestra cultura y la llaman anacrónica y retrasada, nos reprocharían este prejuicio como un atraso más. Pero ¿en qué fundamentan, entonces, el suyo? Ya ves que es algo por encima de culturas y de ideas (página 182). Pero la autora buscó una salida convencional y no se atrevió a romper moldes, quizás porque la situación novelada no se daba todavía en la sociedad de la época. Es una novela amena de trama fácil y salidas sin complicaciones.