miércoles, 15 de julio de 2015

MARRUECOS EN LAS NOVELAS DE RAFAEL LÓPEZ RIENDA

Al hablar de Marruecos en la colección Los contemporáneos, ya hicimos referencia a dos novelas de López Rienda. Ahora completamos su bibliografía colonial con sus otras aportaciones.

   López Rienda es un personaje singular en el Marruecos de la época, incluso ha sido personaje en alguna novela de Cazorla Pietro. Huérfano de padre, se alista como voluntario en el Ejército como manera de subsistencia. Pero su inteligencia y su facilidad en las letras hacen que, unido a los méritos de guerra, ascienda a sargento. Pero en él subyace una vocación literaria y periodística que le empuja a la escritura más que a las armas. Seguramente, de no morir tan joven (16 de septiembre de 1928), hubiera acabado dejando el Ejército español. Había nacido en Granada en mayo de 1897 y a los dieciséis años ya estaba en la Caballería de Larache.

   Pronto empezó a colaborar en El Sol como corresponsal, y en los diarios de Marruecos y Melilla. Fue director de Ecos de Arcila, Diario Marroquí de Larache y El Eco de Tetuán. Es autor de algunos de los libros de actualidad marroquí más consultados: El escándalo del millón de Larache (1922), en el que desentraña la corrupción militar de la época aprovechando un célebre caso; Frente al fracaso, Raisuni. De Silvestre a Burguete (1923), criticando la vacilante política española con El Raisuni que, según el autor, llevó a la catástrofe y  Del Uarga a Alhucemas. Abd el Krim contra Francia (1925), recopilación de crónicas periodísticas sobre el final de la campaña.


   
   De su amistad con el escritor Benjamín Jarnés, al que conoció cuando hacía la mili en Larache resultó la obra de teatro El héroe de la Legión (1925). Posiblemente Jarnés influyera mucho en la manera de escribir de López Rienda.

   Además fue uno de los pioneros del cine colonial español como guionista, productor y director. Participó en el rodaje de Alma rifeña de Buchs en 1922, adaptó su novela Águilas de acero o Los misterios de Tánger (1926) dirigida por Florían Rey, y dirigió Los héroes de la Legión (1927).
Resumen del argumento de la película
   Una buena noticia biográfica es la que escriben Juan Domínguez Lasierra y José Marqués López en el nº 68-69 de la revista Turia.
   Rafael López Rienda publicó las siguientes novelas breves de tema marroquí:
-          Águilas de acero. Novela de la guerra (La novela de hoy nº 226. Madrid 10 de septiembre de 1926. 64 páginas. Ilustraciones de Quintanilla). Una sencilla historia de aviadores militares, Tánger, misterio, espionaje y atracción femenina.

-          Juan León, legionario (Los héroes de La legión). (Imprenta de Zoila Ascasíbar. Madrid 1927. 60 páginas. Ilustraciones de Garran). Que podía pasar por una novela de tópicos legionarios pero que es, en realidad, la biografía escondida de su amigo el poeta granadino Juan Jesús León.

-          Luna en el desierto (La novela de hoy nº 334. Madrid 5 de octubre de 1928. 62 páginas. Ilustraciones de Quintanilla). Aventuras de legionarios franceses.

-          Bajo el sol africano (La novela regional nº 1. Granada 1925. 28 páginas).


   Además de las dos novelas cortas que ya mencionamos en el comentario sobre Marruecos en Los Contemporáneos:
-          Tánger, pequeño Montecarlo (Madrid 22 de mayo de 1924. Los Contemporáneos nº 800).

-          Mi legionario (Madrid 25 de septiembre de 1924. Los Contemporáneos nº 818).


   López Rienda presenta la singularidad de que casi toda su obra se desarrolla en el Protectorado, algo que sólo ocurre en el caso de Luis A. de Vega. Sin embargo, debido quizás a su prematura muerte, lo que escribió era sólo el inicio de una carrera. Le falta una novela larga donde desarrollar situaciones y personajes con mayor intensidad, donde combinar los aspectos militares con la vida civil que él conocía como habitante de Larache. Hoy nos queda la curiosidad de ser un escritor vinculado al africanismo español y a la visión idealista de una situación controvertida.

jueves, 9 de julio de 2015

NOVELAS DE MELILLA (2) y NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (6): LA BUENA REPUTACIÓN y UNA GUERRA AFRICANA de IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN.

MARTÍNEZ DE PISÓN, Ignacio:
-          La buena reputación (Seix Barral. Barcelona 2014. 636 páginas).
-          Una guerra africana (SM. Colección Gran Angular. Madrid 1999. 195 páginas; RBA. Barcelona 2008. 144 páginas)

      La última novela de Martínez de Pisón, La buena reputación, es un volumen de 636 páginas.  Personalmente prefiero novelas más breves, me da pereza estar mucho tiempo con la misma. Al autor le hubiera dado tiempo a escribir tres novelas de doscientas páginas. Pero esto es una polémica tan estéril como interminable. Depende de lo que se quiera decir y cómo. Tan malo es estirar una narración cuando no hay materia como reducirla cuando la hay. Por otro lado, la tendencia actual es la de escribir novelas muy largas donde el autor puede incluir varias acciones paralelas, introducir personajes variados y extender temporalmente los hechos narrados. Y también hay una predilección del lector por estos libros voluminosos.
   Martínez de Pisón es un autor ya consagrado, nacido en Zaragoza en 1960 y habitante de Barcelona. Novelista con varios títulos y premios, guionista, escritor en definitiva. Una semblanza detallada la escribe José Luis Melero: http://www.joseluismelero.net/semblanza_impison.htm. Tal vez por ser hijo de militar, prestó atención al Protectorado como escenario de historias complejas llenas de situaciones anómalas, de pasiones, de personajes novelables…
   A pesar de la inicial precaución porque ya he leído muchas narraciones llenas de situaciones insustanciales y diálogos superfluos, la novela engancha rápidamente. Martínez de Pisón utiliza una técnica de falsa simplicidad que tiene muy elaborada pues ya es un escritor consagrado. No es un artífice del lenguaje sino que busca la eficacia en la precisión de las palabras y en una situación de escenas en las que va marcando los caracteres de los personajes de manera ejemplar. Lo aparentemente fútil sirve para el retrato psicológico y los diálogos están contenidos de manera que no deriven hacia el aburrido suceder de charlas familiares absurdas en las que suelen caer muchos escritores noveles.
   La buena reputación es una historia familiar en varios actos, podría ser la historia de cualquier familia española de la pequeña burguesía en los años cincuenta. Con altibajos, con humor y dolor, con algo de melodramático… Es una historia de alegría y fracaso, de rencores escondidos, de ilusiones y frustraciones. De personajes corrientes en la España de los cincuenta a los ochenta del siglo pasado, de la vida que pasa para todos dejando atrás perspectivas y mostrando la realidad.

   Pero el autor ha metido un elemento original, el padre es judío. La novela presenta la novedad de relatar la vida de una familia judía (mejor dicho, mixta) melillense, algunas costumbres, modos de vivir, etcétera. Algo que no es frecuente en la novela española y casi siempre referido a Tánger o Tetuán. Algo infrecuente en autores no que sean hebreos. Sobre judíos de Melilla, en novela,  escribió Severiano Gil. Y recordamos la peculiar manera de hablar de los judíos tangerinos que refleja Ángel Vázquez en La vida perra de Juanita Narboni. En el caso de La buena reputación, se trata de una familia mixta en una época difícil para la tolerancia. Y es esto está una de las claves de la narración.
Sinagoga de Melilla
    Sin embargo, el autor no se conforma con contar una historia familiar. En el trasfondo está el final del Protectorado Español en Marruecos y el nacimiento del Estado de Israel. Uno y otro hecho están relacionados con una importante emigración de judíos marroquíes hacia el nuevo país. La situación en Marruecos, tras el final del Protectorado, se les presentaba difícil –hubo casos de persecución y de humillación social- y la ilusión del nuevo proyecto político en Palestina marcó el rumbo de muchas familias. Aunque no todas eligieron Israel sino que hubo quienes prefirieron otros países, singularmente Venezuela.
   Esa imbricación que practica el autor superponiendo personas, escenas y tiempos la parte colonial es de una gran viveza. La unión de Melilla con el Protectorado y la singularidad de la comunidad hebrea en la ciudad queda pintada con pocos trazos pero con maestría, lo que ayuda a formar una idea de lo que fue esa relación especial.


   Martínez de Pisón ya había acudido en 2000 a Marruecos en otra de sus novelas: Una guerra africana. Narración ambientada en la guerra de 1921, tras la rota de Annual y en plena campaña de reconquista del territorio perdido. Inicialmente era un relato para jóvenes pero luego, en la edición de 2008, perdió esta característica. Procura huir de los hechos ya conocidos y novelados muchas veces. Por eso se centra en los momentos posteriores al desastre, combinado con un ritmo muy ágil acciones bélicas y ambiente melillense, guerra y política, crítica y comprensión hacia los protagonistas. El autor es heredero de los clásicos de la narrativa marroquí: Sender, Barea y Díaz Fernández, a los que añade al escritor catalán Prous Vila. Lo reconoce al final: Mi propósito al escribir esta novela no ha sido otro que el de seguir la senda que ellos abrieron (página 158 de la 1ª edición). Y se nota en la creación de algunos caracteres y situaciones (como la joven que lanza la bomba, los anarquistas, la vida en un blocao o la dureza de los convoyes) que nos recuerdan especialmente a Díaz Fernández. Aunque el autor añade detalles de originalidad centrados en el padre que busca al hijo cautivo, llegando al humor negro en la visita al depósito de cadáveres. En la novela subyace el ambiente de pesimismo, corrupción y antibelicismo propio de las novelas de este ciclo marroquí. Es un pequeño resumen de las situaciones típicas de la guerra marroquí. Una mezcla de corrupciones y valores y una mirada crítica a los hechos de 1921.