jueves, 4 de julio de 2019

NOVELA EXOTISTA Y MARRUECOS (10): YAMINA de CELEDONIO NEGRILLO.


NEGRILLO CORON, Celedonio: Yamina. Novela histórica de los soldados leoneses en Marruecos (Imprenta de la Diputación Provincial. León 1933. 368 páginas; Editorial Órbigo. La Coruña 2018. 368 páginas –reimpresión-).

    Celedonio Negrillo nació en Hervas, Cáceres. Fue militar. Murió en León, en la Guerra Civil, como capitán de Infantería. En esa ciudad ejerció un tiempo como periodista . No conozco más obras de él.

   En un estilo recargado, propio del escritor bisoño de la época, comienza la novela en un idílico pueblo de Riaño, llamado Fuenteclara, en el que bien en armonía, honradez y buena convivencia los habitantes. Es un canto a la vida rústica que recuerda la ideología carlista que subyace en las novelas de Pereda, también defensoras de la vida apartada, agrícola y pecuaria. A los mozos los han llamado para cumplir sus obligaciones militares y Negrillo aprovecha para alabar las virtudes castrenses. Los jóvenes leoneses, nobles y sanos como los quiere pintar el autor, llegan a Melilla poco después del desastre de Annual. La novela está imbuida de un espíritu patriótico que comprende algunas críticas pero sin excederse. Lo vemos en las páginas 46 y 47:



Y continúa con el canto a las virtudes castrenses resumidas en el espíritu de sacrificio y camaradería: Una de las virtudes más cultivadas por los oficiales del expedicionario de Burgos, era la del compañerismo. Hombres que vivían bajo la misma tela de la tienda de campaña, que habían prestado el mismo juramento y unían sus esfuerzos a la hora del sacrificio bajo los pliegues de la misma bandera, no admitían entre sí rencores y rencillas, dando al traste con cualquier aspereza que pudiera ser causa de tibieza en el mutuo aprecio (p. 49). Porque Negrillo quería diferenciar las conductas y actitudes que se observaron antes del desastre de Annual de los valores renovados de la campaña de reconquista, de los que el autor participaba con entusiasmo. La primera parte, llegados a Melilla, es una descripción de los avances en la toma del territorio hasta que los leoneses llegan a Uestía, a orillas del Kert, y quedan destacados en una posición.
   A partir de aquí (página 80), la novela abandona el sentido documental de reportaje de campaña para adentrarse en terrenos más comunes. El autor es militar, cree en su profesión y quiere presentar a los militares españoles como nobles conquistadores y respetuosos con el honor de las mujeres y la propiedad de los marroquíes. Esto, lógicamente, no fue así porque la campaña de reconquista fue muy cruel y se cobraron venganzas terribles. Y, por otro lado, aparece el exotismo en su vertiente más corriente: el amor interracial. Al salir las moras de la posición, llevaban la impresión de que bajo los dominios del Sol, no existían seres tan galantes, simpáticos y humanitarios como los españoles (página 92). Yamina, joven kabileña sin instrucción, resulta que habla español perfectamente y le reza a la Virgen María como reminiscencia de su paso por una familia cristiana. Dejando un misterio en torno al origen de la protagonista. Aixa, otra joven enamorada de español, sufre hasta la muerte. Yamina desaparece y los protagonistas, el capitán, Juan el que dejó la novia en el pueblo, Paco…. Siguen en la guerra, en la reconquista del territorio perdido, en la lucha a muerte. Lo que hace que la novela no sea la simple historia increíble de amor de militar español y mujer musulmana. Aparecen referencias a los campamentos que se iban convirtiendo en poblados, a la recién aparecida Legión. Se nota que el autor estuvo en esos escenarios por los detalles de sus descripciones.
   El cruce de amores entre mora y cristiano, la ayuda que ellas prestan a los sufridores militares, el sentimiento de misión civilizadora y benemérita que subyace en toda la historia, deriva el relato al más puro exotismo al uso en la época. A una ideología colonialista que tenía mucho de ingenua, de función sin inconvenientes ni abusos en el que siempre triunfaría el abnegado civilizador rescatando a la población atrasada de sus incompetentes y corruptos cabecillas. El autor se ve obligado a hacer referencias históricas, geográficas y nociones de religiones comparadas porque el lector al que se dirigía podía no comprender bien las situaciones sobre las que escribía. El ritmo decae pero la intención pedagógica se impone. Pero, para mantener la atención, se introducen nuevos personajes que tiene que ver con Yamina y su misterio, historias cruzadas, una intriga que sirva para seguir leyendo. Lo malo es que los argumentos quedan desligados y que a la novela le falta una estructura clara. Pero es más entretenido y está más fundamentada que otras novelas similares de la época porque completa el amor con la aventura, huye de la sensiblería ñoña y mantiene la intriga con incertidumbres sobre lo que pasará.