VV.AA.: Un planeta llamado Tánger (Bubok editorial. S.l., s.a. 331
páginas).
Hay una corriente editorial de
publicar libros de relatos o poemas de varios autores unidos por el lugar de
referencia en las narraciones. En este caso es Tánger la ciudad que enmarca el
volumen, ciudad de muchas referencias en la literatura. A diferencia de otras
novelas y cuentos, los autores aquí recogidos tienen una buena relación con la
ciudad. La conocen de sobra, algunos han nacido allí, han escrito sobre ella y
tratan de huir de los tópicos que les resultan extraños. Diecinueve relatos de
diecinueve autores biografiados al final.
La variedad temática y temporal
desbarata la unidad del libro, pero lo enriquece. No todas las partes hacen
referencia a la época colonial, hay narraciones sobre el Tánger contemporáneo.
La ciudad internacional es abordada
por algunos escritores. Juan Vega recuerda a un judío pobre en La adafina de
Freja, que evocará los rodajes cinematográficos en Escala en Tánger. La
historia antigua recordada en Anteo de José María Cuadro. Paquita Saavedra
habla de una familia española en Jack. La nostalgia de la urbe anterior la
relata Rocío Rojas Marcos en …Y nos tomamos juntos una copa. El pícaro que
sobrevive en el ambiente mundano lo recoge Carlos Sanz en Carygrant el chivato
y en Driss. La vida del zoco tiene cabida en Al Hakawati y la de la ciudad
nueva en La noche en que el bulevar Pasteur apagó sus luces de Francisco Vega.
Los reencuentros en Un verano particular de David Bendayam. El humor lo usa
Lydia Sanz en La caja fuerte y El guía, para cambiar por la tristeza del judío
huido en Josef. Paz Amselem recrea una estancia en la ciudad de Rimski-Korsakov
en el cuento Tánger, musa eterna. Una luz singular de Pedro Zacarías Sánchez
Téllez es un guiño al misterio. Aventuras adolescentes es lo que narra Teresa
López-Aguilar en To dream the imposible dream. Más aventuras en El levante de
John Romero. Amor romántico se nota en Noche de fiesta en la colina del Charf
de Maribel Ferrero.
Tal vez se exagere al hablar de
Tánger como planeta, pero la singularidad de esta ciudad en el pasado sí que la
determina como universo. Las pinceladas recogidas en este libro contribuyen a
recordar unas características de lugar irrepetible