VALERO, Eduardo: Días de luz
(Destino. Barcelona 1994. 209 páginas).
Valero arriesgó mucho con la
novela Días de luz. Quiso crear una manera personal de narrar con un
estilo basado en frases cortas, a veces con repeticiones para hacer más patente
el énfasis, cortadas con tajos secos. Una novela que intencionadamente deja
poco claros algunos aspectos de la trama, de la temporalidad de la acción y de
los personajes. A veces le cuesta al lector conectar con lo que se está
contando.
Comienza con la huida de uno
de los soldados tras la caída de Annual. Pero ésa no es la historia que quiere
contar, es solo un antecedente. El verdadero argumento de la novela es mucho
más intimista y gira alrededor de las situaciones vividas por una mujer en los
últimos años del Protectorado y después.
La relación con el mundo
colonial y Melilla es poco transcendente en el libro. Porque, aunque gran parte
de la acción se desarrolla en Marruecos y en Melilla, la importancia del
escenario en la narración es poca. Por eso no se puede tratar como un ejemplo
de vida colonial, de mentalidad colonial o de indagación sobre el pasado hispano-marroquí.
La ciudad, el país es solo el fondo sin más importancia en el relato que es,
ante todo, intimista porque habla de amor, de frustración de tristeza y de
alegrías, de amistad, de dificultades en la vida. Y los más relevante es la
manera de vivir, entre unos lugares y otros, de algunos de los personajes.
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