SANDOYA, Miguel Ángel: Tributo de sangre (Bohodón ediciones. Tres Cantos 2014. 220 páginas. Ilustraciones de Ana Vidal Rodríguez).
Con motivo del centenario del Desastre de
Annual, siguen apareciendo publicaciones para ofrecer perspectivas nuevas o
interpretaciones distintas de lo sucedido. Nunca se ha escrito todo sobre una
cuestión, aunque sea mucho lo publicado. Así Jorge M. Reverte deja su obra
póstuma El vuelo de los buitres, que es una muy buena aproximación a los
hechos. Y Daniel Macías Fernández coordina un trabajo de varios autores con el
título de A cien años de Annual.
Una perspectiva diferente es la que plantea
la novela Tributo de sangre de Miguel
Ángel Bedoya, publicada hace siete años. Y lo es no por la temática, ni por la
orientación del argumento, ni por el estilo; si no por estar dirigida al lector
juvenil. El autor es profesor de instituto y de Didáctica de la Historia en el
máster de Formación de Profesores. Y confiese en la solapa que usa la novela
histórica como recurso en sus clases. Así que concibió una novela pedagógica
para ayudar al lector a situarse en la época y en los hechos. Una actividad
atractiva para jóvenes en los que hay que incentivar el conocimiento de la
historia. Es autor de un libro sobre este asunto: Motivar con novelas históricas juveniles en Secundaria (CCS. Madrid
2017). Con la novela pretende un acercamiento a los hechos por parte de ese
público menos habituado, una visión antimilitarista en la que los soldados
procedentes de las clases bajas eran los que mayor tributo de sangre, usando la expresión del general Mola, pagaban.
Por tanto, el autor trata de explicar con
amenidad como accedían los jóvenes al servicio militar, cómo se podía pagar
para librarse, cómo eran los viajes y la vida cuartelera y cómo, por azar,
algunos acabaron en una guerra cruel en territorio africano. Y narra de manera
clara, pero sin caer en simplicidades estilísticas, lo que fue la campaña de
1921 para que el lector joven acceda a estos hechos. En su novela hay un poco
de todo lo que fue la guerra del Rif: Melilla, marcha, campamento, blocao, cautiverio
y huida. El sufrimiento del soldado y la postura del moro. Tiene un trasfondo
histórico veraz, se nota que ha habido una buena labor de documentación. Y
enlaza con la literatura canónica del Desastre, con guiños en el texto a
Sender, Barea, Lorenzo Silva o Manuel Leguineche. Si el autor tenía como misión
apoyar la enseñanza de la historia, debía hacer una novela fiel a los sucesos pero
sin ser exhaustivo queriendo contralo todo, y sin resultar aburrido lo que
provocaría la deserción del lector. Creo que Sandoya ha medido muy bien la
intensidad y el contenido del relato.
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