L’OR ET LE SANG.
Guion de Maurin Defrance y Fabien Nury. Dibujos de Fabien Bedouel y Merwan.
4 tomos:
I-
L’appel du large (Ed. 12 Bis. Tournai 2009. 56 páginas).
II-
Inch’Alla
(Ed. 12 Bis. Tournai 2010. 56 páginas).
III-
Les princes du djebel (Ed. 12Bis. Tournai 2012. 56 páginas).
IV-
Khalil
(Ed. Glénat. Grenoble 2014. 64 páginas + 4 hojas)
Los autores, basados en una idea de Defrance,
han creado una serie en cuatro episodios. Se trata de las peripecias de dos
aventureros entre Europa y África, con una historia interesante y que mantiene
el interés y la intriga mientras muestra las peripecias de dos combatientes en
la I Guerra Mundial que acaban en el Rif de Abd el Krim. Estos libros han sido
traducidos a varios idiomas, los dos primeros también al español.
El primero de los episodios nos pone en
antecedentes, presenta a los personajes principales, muestra los antecedentes
desde las trincheras de la Gran Guerra al contrabando mediterráneo y deja el
argumento centrado para que se desarrolle en los siguientes. En el segundo
llegan a Tánger, pasan a Melilla y el Rif. La historia es atractiva, es un buen
guion de comic que mantiene la atención con un dibujo claro y poco texto. Pero
se ven fallos de ambientación tanto en las imágenes de Melilla o Tánger como en
la de los campamentos españoles, los poblados rifeños o los uniformes
militares. En el tercero se adentran en el Rif rebelde, hacen más complicado el
argumento con nuevas acciones y personajes pero queda claro que la fidelidad
histórica no es el objeto de los autores, más interesados en crear un par de
tipos atractivos, uno tomado por el romanticismo de la aventura y el otro movido por el deseo del dinero. El cuarto
tomo, de desenlace, es el que muestra más errores históricos. La ambientación
es falsa, los aduares y ciudades no recuerdan a las reales. El modo de combatir
es falso. La intervención francesa es un disparate.
Se trata de una historia de aventureros en
un país casi imaginario con personajes como Abd el Krim, Franco o El Raisuni
alejados de sus perfiles reales. Por tanto, hay que leerlos con la precaución
de separar la ficción que muestran los autores de lo que pasó en realidad,
aunque haya un fondo coincidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario