miércoles, 19 de octubre de 2022

NOVELAS DEL FIN DEL SAHARA ESPAÑOL (4): AQUELLOS DÍAS DEL SÁHARA 1973-1975 de PASCUAL ORTUÑO

 

ORTUÑO MUÑOZ, Pascual: Aquellos días del Sáhara (Ediciones del Azar. Madrid 2022. 366 páginas).

 

   El magistrado Pascual Ortuño revisa la historia ya no tan reciente de España en un aspecto que tienen poca literatura pero que será el ámbito dónde se desarrollaran muchas novelas en el futuro: la Transición.



   Hay originalidad en el tema. La rebeldía estudiantil contra el franquismo terminal, la agonía de Franco que promete un gran cambio nacional en el que se van tomando posiciones con un grado de politización desconocida en un régimen monolítico. Los problemas que uno de los jóvenes tiene con la policía, a causa de su militancia, da paso a un escenario distinto y peculiar que también vive momentos difíciles. Al estudiante le cancelan las prórrogas por estudios y debe acudir a hacer el servicio militar a El Aaiún.

   En ese momento, la situación en el Sáhara español también es confusa. Se ha decidido realizar un referéndum de autodeterminación y el rey de Marruecos inicia una agresiva política para impedirlo, apoyado por Francia y Estados Unidos. La permanencia de los últimos soldados españoles en el territorio se abría a un mundo nuevo que surgiría de las arenas. El compromiso político de la izquierda española era entonces pro saharaui. Y en ese escenario, las tensiones eran muchas.

   La novela es el largo testimonio de un soldado que es, en definitiva, el testimonio generacional de personas de la edad y las inquietudes del autor. No sé si Ortuño hizo la mili en el Sahara, pero da detalles creíbles y descripciones que se ajustan a lo que fue El Aaiún y sus cuarteles, la explotación de fosfatos de Bu Craa y algunas posiciones y campamentos. La escena de la voladura de la cinta transportadora de mineral es un ejemplo de proyección novelística de lo que puso ser en ese momento.

   Como todo testimonio, la novela tiene menos acción que reflexión y, en ocasiones, se alarga en vicisitudes domésticas que no encajan bien en el ritmo. Hay algunos anacronismos disculpables; por ejemplo, los protagonistas no pudieron acudir a Francia para ver Yo te saludo, María de Godard porque es una película de 1984 (página 29).

   Esas dos líneas que se cruzan, la de la actividad política de un joven al final del franquismo y la mili en el Sahara, hace que a veces parezcan dos novelas distintas con un elemento en común muy difuso. La parte saharaui, que es la que interesa a este blog, es un recuerdo claro de lo que fue el servicio militar en el territorio, en un momento de especial importancia, y un reflejo de las vivencias generacionales de muchos españoles.

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