CARO, Paloma: El limonero de Tetuán (La Esfera de
los libros. Madrid 2023. 309 páginas).
Paloma Caro tiene memoria familiar del África colonial.
Sus abuelos y sus padres vivieron en Argelia y Marruecos y ella ha debido
escuchar muchas historias de la vida en aquellos países y época. Ya había
escrito una novela sobre la inmigración española en Argelia: Mejor no me
escribas más. Y ahora se centra en Marruecos en 1916 para desarrollar la
narración El limonero de Tetuán.
Es una novela sencilla tanto por la manera en que está
escrita como por el desarrollo en torno a la vida de varias mujeres de
diferentes culturas que se unen para superar los problemas surgidos por la
aparición de huesos de nuños en el jardín de una de ella y, en general, para
todos los contratiempos de su existencia. Unas mujeres que, a pesar de las
adversidades, muestran un carácter fuerte y optimista. Lo que la autora
pretende es mostrar ese modo de ser en un ambiente en el que solo jugaban un
papel secundario: homenaje a la fortaleza de las mujeres emigrantes de
principios del siglo XX de mi familia (página 309). A la dificultad de ser
mujer se añadía la de emigrar a lugares extraños. En este afán reivindicativo,
parece que la realidad del momento histórico hace algo fantasiosa la actuación
de estas mujeres y la posible relación de amistad entre cristianas y
musulmanas. Algo hay que añadir a lo estrictamente real para componer un relato
con homenaje. En todo caso, la intención de la autora está claro y por eso los
personajes femeninos están mejor caracterizados que los masculinos.
En el esfuerzo por los personajes, la autora descuida algunos
aspectos. La intriga es tenue, se desarrolla con pocas novedades. Las mujeres
se mueven tras el hallazgo de huesos infantiles y organizan una investigación
sobre el origen de los mismos. Poco a poco se añaden detalles que llevan a un
caso más de hipocresía social y del dominio del español sobre la situación del
Protectorado. Por eso era necesario echar tierra al asunto ante una curiosidad
general que cano define: La gente quiere conocer los errores de los demás
para convertir los suyos en equivocaciones sin importancia (página 183).
Con el paso de los capítulos, la novela gana en intensidad y se precipitan las respuestas.
El interés va en aumento. El tono amable del relato se transforma en un sórdida
y cruel historia, muestra de un modo de vida en una sociedad injusta.
Por otro lado, falta mayor descripción en la vida
colonial que la autora conoce por sus antecedentes. Es evidente que esto es
solo una opinión porque al escribir, el escritor se recrea en lo que quiere y
olvida lo que quiere. Paloma Cano nos ofrece un retrato de mujeres con vidas
complicadas.
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