GARCÍA
RUIZ, Dolores: La reina
del azúcar (Barcelona 2015. Ediciones Versátil. 553 páginas).
Doleres García Ruiz es una autora que tuvo
gran éxito con su primera novela, El secreto de la Monna Lisa (2004). Y
con La reina del azúcar continúa con su técnica narrativa pero
trasladando esta vez el escenario a su melilla natal. Más dato sobre la
escritora y su obra se pueden ver en la página web: http://doloresgarcia.es/
Su manera de narrar consiste en mezclar
muchas acciones paralelas, ir del pasado al presente y mostrar una pequeña
parte del misterio de la intriga principal al inicio del libro para ir captando
al lector en el misterio del argumento. Pero tras el anuncio de lo que va a ser la acción, la
autora se enreda en una larga historia de la familia protagonista, llena de
detalles de lo que pudo haber sido la vida en Melilla a principios del siglo
XX. La técnica de entretener al lector a base de muchas acciones paralelas,
muchos personajes y distintos momentos temporales, es difícil de llevar siempre
hay. Hay que calcular mucho los tiempos dados a cada acción y el espacio para
cada personaje porque se corre el riesgo de confundir al lector, a pesar de que
la autor coloca un rol de personajes al final del libro. El lector avanza
muchas páginas antes de comprender cuál es el verdadero argumento principal. Hay
muchas historias familiares, historias de la ciudad, la del Rif, la guerra… Cuando
lo comprende, la novela se hace más entretenida.
Fotografía de la autora tomada de su página web
Por
sus páginas discurren personajes de ficción, otros reales y unos más que son
mitad imaginados y mitad tomados de personas que inspiran a la autora para dibujar
a personajes como el doctor Beaumont. Nos encontramos a aventureros como
Ghirelli o Delbrel, militares como Marina, rifeños desde Bu Hamara a Abd el
Krim colocados en el mapa del Norte de Marruecos. La autora ha querido hacer
una novela compleja, de difícil ejecución, una novela en la que la protagonista
sea la ciudad y, por tanto, era necesario contra muchas cosas diversas,
mezcladas, superpuestas. Un homenaje a Melilla. Una ocasión para evocar o
conocer la historia de la plaza y el Protectorado.
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