Francisco
Canós Fenollosa es uno de esos escritores legionarios dedicados a ensalzar al
Tercio, como lo fueron Ángel Gordo Moreno o el general Antonio Maciá Serrano.
Canós era un legionario que fue ascendiendo por méritos y que, gracias al
Decreto de 4 de enero de 1937, llegó a comandante (uno de los primeros cuatro
que lo lograron). Se había alistado a La legión en 1921, en plena guerra de Marruecos,
cuando contaba con 22 años. Sus datos biográficos pueden consultarse en http://www.asasve.es/portal/index.php?mod=article&cat=articulos&article=1235
http://www.belt.es/expertos/HOME2_experto.asp?id=6087. Algunas
de sus poesías fueron publicadas por el coronel Mateo en el libro La legión que vive (1932), aunque
aparecieron sin su firma. Más tarde publicó relatos autobiográficos y recuerdos
en la revista La Legión. La novela
que aquí se comenta apareció en esa revista en diferentes entregas de 1969,
1970 y 1971.
La novela es un ramillete de recuerdos y
emociones de un legionario. Posiblemente, no lo puedo comprobar, tenga mucho de
memorias y préstamo de aventuras sucedidas a conocidos. Es lógico en este tipo
de libro, que tiene por argumento la guerra de Marruecos de un legionario en
tres niveles. El primero, la situación general en el territorio y sus
implicaciones políticas sobre las que el autor pasa sin detenerse, ni siquiera
para situar al protagonista. La segunda, los hechos de armas en los que se ve
metido el legionario; la vida en campaña, en el campamento y en los permisos.
Este segundo nivel es el que proporciona al lector interesado una mayor
información de la vida en La Legión en los primeros momentos puesto que la
acción se desarrolla entre 1921 y 1922. La dura lucha y el peligro constante: Todo el mundo aquí tiene ganas de guerra. La
Legión ha sido creada para la vanguardia, para el asalto, para el duro servicio
de la lucha (página 12). La lucha en el frente y en los campamentos:
Tizzi-Assa, Ben Tieb, Tifaurin… El tercer nivel es el más íntimo: la causa de
su ingreso en el tercio, la tragedia y la decepción que se convertirá en nuevo
ánimo al conocer a la mujer ideal.
Páginas de la revista La Legión, nº 181 de enero de 1981
Es la visión romántica de La Legión que
gustará a los entusiastas de este cuerpo concebido como escuela de la vida,
forja de disciplina y compañerismo, sacrificio y valor. Y en el que no falta la
mención a la redención de culpas, aunque sean falsas como en el mejor relato de
este tipo: Beau Geste.
Portada del libro del coronel Mateo La Legión que vive (Ceuta 1932) y reproducción de uno de los sonetos de Canós Fenollosa apoarecidos en el mismo.
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