LÓPEZ, José María: Neima,
la sultana de Alcazarquivir (Editorial Marineda. Madrid 1935. 356 páginas +
1 hoja).
El padre López Queizán fue un franciscano
que llegó a la misión de Tánger y realizó una meritoria labor bibliográfica,
con publicaciones pedagógica como El maestro en la vida social o Educación completa del niño. Algunas
sobre las misiones como la Memoria del
Vicariato Apostólico (1935) o el Catálogo
bibliográfico y el Catálogo de la
Exposición de la Misión, todos publicados en Tánger. O su obra más extensa:
El padre Lerchundi. Biografía documentada
(Madrid 1927). Otras: Las misiones
franciscanas en Marruecos (1931) La
Asociación de Damas de la Caridad de Tánger (1935), La obra misionera en Marruecos (1945), La Orden franciscana en la asistencia
a cristianos cautivos en Marruecos (1945) y otras.
En 1935 apareció la novela Neima, la sultana de Alcazarquivir, un
relato larguísimo de poca estructura novelesca y lleno de exotismos y
figuraciones. Es, como otras muchas novelas de la época, una historia de amores
irreales, incomprensibles y absurdos. El capitán Olivares se enamora de una
mujer marroquí a la que solo ha visto una vez, de la que no entiende el idioma
y de la que desconoce todo menos la forma de su cara. Como ambos son ejemplos
de bondad y sencillez, la historia acaba en boda. Con la premisa, propia de un
fraile, de la conversión de la mujer al catolicismo.
Uno de los lugares comunes del exotismo son
los amores interraciales. En la novela de colonos y turistas ocasionales,
abundan las historias en las que la mujer mora acaba rendida a los encantos del
mozo español, normalmente militar. En realidad era enmascarar uno de los
atractivos de las colonias para los colonos, el sexo fácil basado en el dinero
o en la prevalencia del colono. Los españoles de aquellos años estaban
acostumbrados a las prostitutas antes de contraer matrimonio con mujeres
honestas, virtuosas, que llegaban vírgenes al altar. Marruecos suponía un
desahogo para sus deseos. Cuando los franceses quisieron imponer en Argelia un
Código Civil que comprendiera también familia y sucesiones, fracasaron. Entre
otras cosas, porque los argelinos no estaban dispuestos a renunciar a la
poligamia. Y les achacaban a los franceses que tuvieran la mujer legítima en
Francia o en Argel y convivieran con una argelina en la posición o la ciudad de
guarnición. Mentiras e hipocresías.
Lo que hace el padre López es derivar el
erotismo magrebí tan del agrado del militar europeo hacia la moral católica. Lo
que normalmente era una aventura sin más consecuencias, lo convierte en un amor
cristiano, una llamada a la religión cristiana y una boda canónica en toda
regla. Usando el amor humano para aludir la prohibición de apostolado que
tenían los misioneros católicos en el Magreb musulmán.
La historia es absurda, incomprensible y
poco atractiva desde el punto de vista literario. Excesiva en capítulos y
carente de observaciones sociales que contrarresten la rancia moral de otra
época.
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