GARCÍA SANCHIZ,
Federico: Cosmopolita. Novelerías de
Francia, Cuba, Marruecos. Los Estados Unidos y el Japón (Biblioteca Nueva.
Madrid 19??. 236 páginas + 1 hoja).
García Sanchiz es
un escritor que tuvo gran éxito de lectores en su época y que hoy está olvidado,
salvo como curiosidad extravagante o como arqueología literaria para
investigadores. Había nacido en Valencia en 1887 donde estudió hasta el tercer
curso de Medicina. Después se trasladó a Madrid, acabó la carrera de Filosofía
y Letras y empezó a colaborar en publicaciones como El Imparcial o Blanco y Negro.
Vivió en París un año y a su regreso entró en la redacción de ABC. Viajó mucho
y reflejó sus impresiones en libros y artículos. Se sumó al bando franquista en
la Guerra Civil, colaborando en prensa y propaganda. Su único hijo falleció en
la contienda, en el hundimiento del Baleares.
Murió en Madrid en 1964.
Aunque es autor de
varias novelas y libros de viajes o crónicas, su fama se debe a su actividad de
charlista, como él mismo se definía.
Es decir, como autor de charlas en las que le público pagaba la entrada y que
le dieron notable fama y buenos ingresos. Presumía de esta actividad. Al
parecer tenía un verbo fácil, rotundo de imágenes, sonoro y una voz adecuada
para llegar al público. Cuando ingresó en la Real Academia, su discurso versó
sobre la charla y se puede leer en: http://www.rae.es/sites/default/files/Discurso_de_ingreso_Federico_Garcia_Sanchiz.pdf
Federico García Sanchiz
Como escritor,
García Sanchiz tenía el mismo estilo ampuloso de sus charlas. Un hombre barroco
que llenaba las páginas de descripciones y de imágenes retóricas, quizás era lo
apropiado para un público que desconocía cómo eran los países lejanos y las
culturas extrañas. Un mundo aun no globalizado y en el que las revistas
ilustradas suplían apenas la falta de referencias visuales. Un estilo un poco
huero que pretendía la belleza de la palabra más que la de la historia.
Argumentos débiles pero muy revirados. Adjetivos y metáforas. Agustín G. de
Amezúa, que contestó su discurso de ingreso en la Academia, definía el estilo
de García Sanchiz con estas frases: “La retina hecha palabra”, “flor de una
hora”, “resplandor que ciega”, etc.
El autor fue un
gran viajero por el mundo. Como periodista recorrió países y continentes y sus
impresiones las plasmaba en crónicas y libros, entre ellos Color (Madrid 1919) que estaba dedicado a Marruecos con capítulos
para Tánger y Tetuán y de donde salió la idea de Noches de Tánger, una novela breve que incluyó en su libro Cosmopolita. Es un relato fantasioso,
exotista y un poco aburrido. Lleno de largos párrafos descriptivos y de personajes
fantásticos o extraordinarios que, con su rareza, tratan de enriquecer una
historia simple. Es verdad que en las colonias había un buen número de
expatriados singulares, pero no tanto
como para que solo sus caracteres llenen una novela. Noches de Tánger es un cuento lleno de tópicos de viajero, de los
que una persona absorbe en una semana de visita sin profundizar en más, de
exotismo al uso. Y de una singular nostalgia que es la nostalgia por lo que no
se ha vivido pero que hubiera gustado vivir. Sentimiento al que accedían los que
llegaban a escenarios coloniales e intuían una forma distinta de vida que los
atraía. Como resumen, un escrito de los que no quedarán en la historia de la
literatura colonial.
Biografía de García Sanchiz escrita por el periodista Gómez Santos
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