IZAGUIRRE, Marian: El león
dormido (Algaida. Sevilla 2005. 382 páginas; Algaida Eco. Sevilla 2010. 414
páginas; Lumen. Barcelona 2015.407 páginas; Debolsillo. Barcelona 2016. 406
páginas).
En este año se cumple el siglo del llamado Desastre de Annual, punto
álgido negativo en la posesión del territorio rifeño iniciada muchos años
antes. Por tanto, es previsible que aparezcan artículos, libros, documentales,
etc., sobre este acontecimiento que interesa todavía. Para muchos españoles es
un hecho olvidado del que no saben nada. Incluso pudiera ser que no quisieran
saber nada. Pero tuvo una importancia crucial en la España del siglo XX, marcó
la crisis de la Restauración y allanó el camino a la II República, previo paso
por la Dictadura de Primo de Rivera.
Tal vez el más madrugador el conmemorar el aniversario en forma de libro
haya sido Gerardo Muñoz Lorente con su reciente obra El desastre de Annual (Almuzara. Córdoba 2021), autor de una novela
sobre Melilla ya comentada http://novela-colonial-hispanoafricana.blogspot.com/search/label/Mu%C3%B1oz%20Lorente
El león dormido es una buena novela por muchas razones, pero es –por ceñirnos al tema del blog- una buena novela sobre la guerra de Marruecos. Supongo que a la autora, al interesarse por el argumento, se le planteó el dilema de cómo abordar el desastre de Annual con originalidad. Ya había muchas novelas escritas sobre los acontecimientos, pero el tema no estaba agotado. Por tanto debería darle un enfoque nuevo o, por lo menos, distinto. Y organiza su narración en tres planos diferentes,
En primer lugar, plantea una indagación periodística sobre los hechos. Esto
es un recurso muy utilizado, pero es una buena manera de enlazar pasado y
presente de manera creíble; una forma de hacer entrar al lector actual en lo
pretérito. Las peripecias del periodista que es llamado por la protagonista
para contar su historia son, bien medida la eficacia por Izaguirre, la parte
menos importante del libro.
En segundo lugar, deja como un sustrato general en la novela la historia
del derrumbamiento de la Comandancia de Melilla en 1921 y la posterior
reconquista. Y lo hace con habilidad porque cuenta las cosas sin romper el
ritmo del relato, con conocimiento exhaustivo de lo que ocurrió y del lugar, y
sin caer en la novela-reportaje. Demuestra un buen conocimiento de los hechos y
los lugares, una comprensión de la historia. Reproduce los episodios, los sitúa
correctamente en la geografía, conoce a los protagonistas. Hay un detalle que
rompe esa fidelidad, que es llamar Policía Nativa a lo que fue la Policía
Indígena; tal vez una concesión a la corrección política aunque no pone la
misma objeción al hablar del Hospital Indígena de Melilla (página 202).
Indígena es un término al que hoy damos carácter peyorativo y preferimos hablar
de nativo, pero los nombres de las instituciones o de los cuerpos militares
deberían consignarse tal cual fueron.
Y, en tercer lugar, está la historia principal, la historia de la
protagonista. La autora ha preferido ofrecer una visión del Desastre de Annual
desde dos ángulos. Uno, más objetivo, en que la narradora introduce los hechos
y el periodista, en menor medida, los corrobora. Pero lo importante de la
novela es la visión de la protagonista, mestiza de madre bereber rifeña y padre
español, que es víctima cuando desde Melilla acudió al teatro de los hechos y
es tomada como prisionera. Es el elemento de originalidad de un suceso muchas
veces contado. Añade el punto de vista femenino que, además, une las dos sangres combatientes. Una mujer con una vida trágica,
dura. Lucía habla en la novela de su existencia con credibilidad, sin
artificios imaginativos, es una historia con mucha fuerza emotiva y calidad
narrativa.
Izaguirre tiene la virtud de enriquecer su narración con nuevos hechos y
personajes, bien llevados a la acción, que impide que la atención del lector
decaiga. Y culmina con un final en la época actual, que descubre los misterios
del relato, y que mantiene la atención hasta la última página aunque dando un
giro rocambolesco. Creo que El león
dormido es una buena lectura para recordar el centenario de la tragedia
española en el Rif.
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