viernes, 5 de agosto de 2016

LAS NOVELAS DEL MARRUECOS IMAGINADO: LUIS ANTONIO DE VEGA. I – NOVELAS LARGAS.

VEGA RUBIO, Luis Antonio de:
-          L’Busbir. El pozo de los besos (Prensa Moderna. Madrid 1931. 238 páginas).
-          Como las algas muertas (Editorial Española S.A. San Sebastián 1938. 238 páginas).
-          Sirena de pólvora (Biblioteca Patria. Córdoba sa ¿1941? 178 páginas).
-          Los que no descienden de Eva (Ediciones Patria. Madrid 1941. 230 páginas + 1 hoja; Ediciones Patria Hispana. Madrid 1941 2ª edición. 228 páginas; Colección Las Gemelas. Madrid 1956. 179 páginas).
-          Amor entró en la judería (Espasa-Calpe. Madrid 1944. 204 páginas + 1 hoja).
-          La disparatada vida de Elisabeth (Afrodisio Aguado. Madrid 1944. 153 páginas + 2 hojas).
-          Los hijos del novio (Dirección General de Marruecos y Colonias. Publicaciones África. Madrid 1946. 246 páginas. Ilustraciones de Julián Nadal).
-          Yo robé el arca de Noé (Escélicer. Madrid 1950. 218 páginas).
-          Yo le di mis ojos (Editorial Tesoro. Madrid 1952. 226 páginas).
-          El barrio de las bocas pintadas (Luis de Caralt editor. Barcelona 1954. 200 páginas y 2 hojas).




   Luis Antonio de Vega Rubio fue un escritor singular. Nació en Bilbao en 1900 y murió en Madrid en 1977. Fue maestro y periodista que comenzó como redactor de diarios de su ciudad natal El Nervión y El Pueblo Vasco. Como enseñante fue destinado a Tetuán en 1926 y allí descubre su universo particular, el mundo marroquí bajo protectorado. Al comenzar la Guerra Civil toma partido por los franquistas. Fue a Burgos a la oficina de Prensa, a Roma como corresponsal de Informaciones y acabó en San Sebastián como redactor jefe de la revista Domingo, en la que escribía asiduamente. Su actividad como novelista comienza con novelas de ambiente vasco: Las milloneras (1925), Pirineo romántico (1929), La casa de las rosas amarillas (1943) y Chiquita de Bilbao (1944). Otras novelas son La tragedia de las Hurdes (1922), María de las Hurdes (1950, Elvira recibe una carta (1952), El crimen inútil (1953), El amor de la sota de espadas (1955),

   Es autor también de las biografías Frascuelo (1932), Almanzor (1946), Amilcar Barca fundador de España (1960) y San Juan de la Cruz (1961). Como especialista en gastronomía escribió la Guía vinícola de España (1958), Guía gastronómica de España (1959), Viajes por las cocinas de España (1960). Algunos ensayos como Nosotros los Vascos (1962) o Nosotros, los flamencos (1965).
   Además publicó los libros de poesía Timonel (1925) Romancero colonial (1934) y Luna morena (1950). La poesía de Luis A. de Vega es facilona, a veces ripiosa, de versos simples y sonoros a la manera de Fernando Villalón pero sin mucho acierto. Quiso dar lirismo a su ideología colonial.  Camino de Ksar el Kebir es un poema del libro Luna Morena, dice así en una estrofa:
Antes que Silvestre llegue
con los marinos de España,
quiere la luna marrueca
entrar en la casa del bacha,
pregonar en las mezquitas
pregonar la guerra santa,
dar a los moritos moros
el caballo y la espingarda,
ser alarido en el cielo
y el grito azul en el agua.


   La llegada de Luis A. de Vega a Tetuán debió ser una experiencia cautivadora que marcó la manera de ser del escritor y su estética literaria. Fue a dirigir las escuelas Árabes de Larache y, más tarde Tetuán. Se familiarizó con el ambiente, asumió la doctrina colonial sin problemas morales, construyó una sociedad ideal de dos mundos superpuestos, pero fue capaz de aprender árabe y hablar con los habitantes del país en su propio idioma. Marruecos era un mundo fácil para el funcionario colonial: mejor pagado que en la península, más considerado y con un acceso fácil a placeres mundanos. La vocación literaria del autor se va a volcar en un universo fascinante y, a la vez, falseado. Vega inventa un Marruecos inexistente, tal vez idealizado, imaginado en el que las razas y religiones convivían en una jerarquía sin conflictos, donde el misterio aventurero era posible y lo mágico era un elemento más del mundo real. Imaginado porque la convivencia subordinada sin conflictos no era verdadera, porque el paternalismo colonialista del autor no era justo y porque la autoridad moral de la civilización española sólo se sostenía por la fuerza del poder impuesto. El autor es aficionado a los ambientes de burdel, al fetichismo israelita, al folklore árabe, a la vida perdida de los aduares remotos y los oasis inencontrables. Pero sus ambientes novelescos son falsos; unas veces exotistas; otras pura fantasía. Algunas veces como imágenes disimuladas de realidades que quiere enmascarar. El novelista crea un lugar imaginado sobre el paisaje real. Cuando Marruecos alcanzó la independencia, De Vega no volvió a escribir novelas.    Es un escritor desigual. Ameno, divertido en mucha ocasiones, ocurrente, con facilidad para entretener.

   Después de dedicar dos novelas breves a Marruecos, en 1931 publica L’Busbir, título que hace referencia a la famosa ciudadela prostibularia de Casablanca. Es habitual que De Vega escriba en primera persona, le gustaba simular ser el protagonista de aventuras y amoríos por las tierras de Marruecos. Siempre hace alusiones a las ciudades que conoció bien, o en la que vivió, sobre todo Tetuán y Larache aunque también otras como Xauen, Alcazarquivir o Río Martín. L’Busbir comienza como un canto a la vida de la mujer musulmana. Es característica del escritor exotista imaginar un erotismo fácil y placentero en la mujer de las colonias. De Vega no escapa a esta fascinación, se deja llevar por ella y llega a una conclusión fácil: los hombres árabes son brutos con sus mujeres, las maltratan, no las respetan ni las halagan. La novela parece justificar la huida de la protagonista al burdel como una forma de liberación. La misoginia del autor, presente en muchos de sus relatos, toma aquí esa forma. Es moderado; nos narra los bailes y las músicas. Su erotismo, incluso su manera de escribir esta novela, recuerda a Isaac Muñoz sin la carga trágica y perversa de éste. El argumento es leve, apenas una excusa para las evocaciones. La volvería a publicar en 1954 pero con el título de El barrio de las bocas pintadas. Seguramente en 1931 fue una manera distinta de escribir sobre el Protectorado. Años después, cuando el autor ya era más famoso y se le abrieron las puertas de editoriales importantes, volvió a publicar esta novela pero cambiándola de título. Por esta época, el periodista César González Ruano le dedicó un artículo en Heraldo de Madrid titulado Sobre el enmorecido vizcaíno Luis Antonio de Vega. En enero de 1934, Ruano fue enviado por ABC al sur de Marruecos para buscar posibles cautivos españoles tras el desastre de Annual (crónicas que se recogieron y publicaron en 1996 por la Fundación Mapfrecon prólogo de Carlos G. Santa Cecilia), y De Vega le hizo de traductor. Por la personalidad de ambos, es posible que visitaran el Busbir y que esas experiencias sirvieran para escritos posteriores de Luis A. de Vega y de González Ruano (en concreto la novela Circe).

   La Guerra Civil, en la que De Vega fue un ferviente partidario de los sublevados, le sirvió para ambientar dos novelas donde la relación con Marruecos es importante. En plena contienda -1938- publicó Como las algas muertas. En ésta, la hermana del protagonista llega a Marruecos y se deja invadir por el sentimiento del propio autor hacia el país: Marruecos la saturaba con su gracia, afinaba sus perfiles mientras adquiría ese sentir poético que confieren las ciudades moras, ese deseo confuso de ser flor y no ave, la capacidad para el ensueño (página 64).  Lo que denominaba el mal de Marruecos y describía un tanto ampuloso: … ese dulce mal que, si a nadie mata, deja encadenado el espíritu a los mástiles de las banderas verdes (página 65). El protagonista –aviador militar- se deja atrapar por ese Marruecos ficticio de sensaciones nuevas y buenas. Viaja a Ifni recién ocupado, conoce el territorio. Pero al estallar la guerra se pone al lado de Franco y vuelve a España para participar en ella. Si esta novela es un canto a los militares españoles africanistas que combatieron para Franco, la siguiente es un homenaje a los moros que vinieron de Marruecos en el mismo bando. Sirena de pólvora es otra novela de Guerra Civil en la que el protagonista musulmán muere heroicamente en el combate peninsular.


   En 1941 había publicado una curiosa novela Los que no descienden de Eva. Aprovechando el mito platónico de la Atlántida, tan del gusto colonial, elabora una crítica ácida hacia el nacionalismo vencido en la Guerra Civil. Es una novela original, la de más intención política del autor.

   En 1944 publicó una novela histórica: Amor entró en la judería. Historia de judíos, de los españoles de Prim en el Tetuán de 1860, de los primeros asentamientos hispanos en el país. Evocaciones nostálgicas. Descripciones de lo que pudo haber sido.

   En 1946 retoma el argumento de la novela breve Fifí en Beni Arós para extenderlo hasta darle forma de novela larga con el título de Los hijos del novio. Con ésta obtuvo el premio África del año anterior, premio con el que se reconocía a los africanistas ortodoxos.  Su visión paternalista, a veces ingenua, pero supremacista del colono en Marruecos se concreta en las descripciones folklóricas y costumbristas. Al autor le gustaba vivir en un mundo distinto, antiguo, atrasado en el que él podía gozar de una posición más elevada. Un África que nosotros habíamos encontrado cubierta de harapos en el campo duro, en la montaña esquinada de flacas reses y, en las noches, levemente sacudida por el paso taimado de las hienas; un África sometida a la voracidad de las langostas, con su poesía y su profecía, pero que no era el África fastuosa de los leones, de los elefantes, de los príncipes negros, de las princesas oscuras, de la goma y la esmeralda y la carrera rápida de los avestruces (página 23). Pero, admitiendo ese orden de valores, que ama, se siente a gusto, contempla con ojos curiosos y disfruta de su vida. La novela transcurre como un viaje pintoresco por el Protectorado español. Es el más aburrido De Vega. La historia de amor interracial, muy usada en la novela colonial, quedaba mejor como novela corta. Los elementos nuevos no le bastan al autor para mejorar el primer texto.


   Luis Antonio de Vega también escribió otras novelas de ambiente africano colonial aunque no se desarrollen en el Marruecos español. Siempre hay alguna referencia a sus ciudades queridas: Tetuán, Larache, Alcazarquivir…. La primera de ellas es La disparatad vida de Elisabeth (1941), una sátira irónica sobre las aventuras de Isabelle (Elisabeth) Eberhardt en Argelia y Túnez. Novela de tono humorístico, pero de trasfondo misógino, dedicada a desmitificar a la famosa viajera.

   En Yo robé el arca de Noé (1950) viaja a Egipto y sucede el segundo diluvio universal. En Yo de di mis ojos (1952) se traslada a Argelia para narrar las peripecias de un  mozabita en la ciudad de Argel. Tal vez en estas dos demuestra una mayor capacidad narrativa y una mejor estructura novelística.



  Luis Antonio de Vega es ya un escritor olvidado, arrinconado en el polvo de las bibliotecas. No fue una primera figura literaria, pero era un escritor ameno, con sentido del humor, fantasioso y creador de ambientes imaginados con materiales reales. No nos habla de guerras del Rif, de blocaos, de heroísmos y recompensas. Su originalidad estriba de mostrar los aspectos civiles de la sociedad colonial. Su visión anticuada de las relaciones coloniales y su concepto político de dominación en África lo colocan fuera del interés actual. Su recreación personal de las situaciones, más imaginadas que coincidentes con lo que pasaba, no sirve de mucho para interpretar la vida cotidiana. Pero creo que es un  escritor imprescindible para la literatura colonial española.

5 comentarios:

  1. Muy interesante, gracias.
    ¿Donde puedo encontrar su novela Fifí en Beni Aros?

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  2. Prueba a buscarla en internet en plataformas como Todocoleccion.net
    Un saludo

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  3. Estimado Antonio, le escribo desde la Argentina, donde hago mi tesis doctoral sobre el viaje de Roberto Arlt a Marruecos en 1935. Su blog me ha sido de gran utilidad por este artículo sobre De Vega (con quien Arlt trabó relación en su viaje) y por otro sobre José Más. Me gustaría poder contactarme con usted por e-mail o whatsapp para hacerle unas consultas en relación a De Vega y su novela L´Busbir. Dígame usted por favor cómo hacemos. Muchas gracias desde ya. Cordial saludo. Marcelo.

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