BASALLO, Alfonso: El prisionero de Annual (Planeta. Barcelona 2021. 346 páginas. Portada de Ferrer-Dalmau).
Aunque el autor no califica su libro como
novela, la técnica narrativa y el desarrollo de la narración nos permite
colocarla en esta categoría por tratarse del relato novelado de la gesta del
sargento Francisco Basallo, cautivo en el Rif. Se trata de un libro oportunista, sin que
esta palabra tenga un carácter peyorativo, porque aprovecha la oportunidad del
centenario del llamado Desastre de Annual. Y el autor lo hace reescribiendo la
gesta de su abuelo, explicando los hechos de hace un siglo al lector actual y
revisando la historia con las nuevas aportaciones de la bibliografía. No es un
libro original en su contenido sino en la visión divulgativa. Ha bebido en las
fuentes de la época, en los textos originales de los protagonistas, en el
expediente Picasso y en publicaciones recientes. No hubiera podido escribir
este libro sin las memorias del protagonista, publicadas por Mundo Latino en
Madrid. La primera versión la publicó Álvaro de la Merced en 1923 y la segunda
fue escrita por el propio Basallo, sin que conste la fecha de la aparición. Con
estos recuerdos se podía armar una novela, pero para El prisionero de Annual,
Alfonso Basallo ha usado también las conversaciones con su abuelo que amplían
lo escrito. Y algunos libros clásicos del cautiverio en Axdir; el novelista
reconoce en el prólogo deuda especialmente con dos: De Annual a Monte Arruit y dieciocho meses de cautiverio (Melilla
1923) de Eduardo Pérez Ortiz y Con el
general Navarro en operaciones, en el cautiverio (Madrid 1924) de Sigifredo
Sainz Gutiérrez.
El autor emplea la primera persona para
poner énfasis en que se trata de una narración verdadera de los hechos, un
recorrido por la vida de los prisioneros que salvaron la vida tras la rota de
la Comandancia de Melilla y que fueron trasladados a diferentes lugares para
custodiarlos. El sargento Basallo, que no tenía conocimientos previos de
Medicina, fue el que cuidó la salud de todos ellos, con los consejos de los
médicos y los escasos medios que le llegaban desde el peñón de Alhucemas. Fue
un auténtico héroe que gozó de una gran popularidad en España. Detrás de su
historia está toda la tragedia de España en Marruecos: la gran derrota
infligida por Abd el Krim. Pero está, y es el motivo de la novela, las
tragedias personales del sufrimiento, a veces de muerte, de los cautivos
tratados como esclavos.
Es una novela de personajes secundarios, de
sargentos y soldados. En la narración aparecen el general Navarro, el coronel
Araujo o el teniente coronel Pérez Ortiz. Pero sus penalidades, los hechos en
que participaron, sus aciertos o errores están apenas mencionados y nunca
desarrollados. Es la novela de los hombres sencillos que llevaron la dignidad
hasta sus últimas consecuencias.
Alfonso Basallo escribe con sencillez, con
claridad, con oficio de periodista. No abunda en los detalles más siniestros de
cobardía y traición aunque no deja de referir episodios como la rendición de
Dar Quebdani. Insiste en el trato inhumano que los rifeños daban a los
cautivos, y especialmente a las mujeres, que desmentía la supuesta modernidad
de la república naciente en la que el equilibrio de poder tribal no estaba
superado. El relato es cronológico, episódico pero completo. Es un homenaje al
abuelo porque, en definitiva, encarnaba las virtudes que se esperan de un
militar –en general de cualquier hombre- en situaciones extremas, pero que no
siempre se producen. Y no cae en el intento de comprensión de los motivos del
otro. Por eso tiene más de novela que de investigación. Oportuna para volver a dar
a conocer hechos olvidados pero importantes en todo el descalabro marroquí.
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